/ martes 9 de julio de 2024

Acontecer Político

¿Llegará la “Cuarta Transformación” al PRI? CTM y CNC buscan nuevas alianzas

La "Cuarta Transformación" generalmente se asocia con el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien así se refiere a su administración, en virtud a lo que él considera los tres grandes cambios históricos previos en México: la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana.

Sin embargo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha entrado a lo que podría ser su “4T”, habiendo sufrido importantes transformaciones a lo largo de la historia del país. Recordemos que fue en 1929 cuando se fundó con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1938 fue reconstituido como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 refundado con el nombre actual PRI. Por lo que podemos considerar que en este 2024, es necesario que dé paso a una transformación, incluso de nombre.

Durante gran parte del siglo XX, el PRI fue el partido dominante en México; sin embargo, con el tiempo, ha enfrentado críticas por corrupción, autoritarismo y falta de conexión con la ciudadanía. La "Cuarta Transformación del PRI" podría interpretarse como un intento de renovación o reinvención del partido para adaptarse a los nuevos tiempos y desafíos políticos del país. Si los priistas no entendieron esta transformación en el momento oportuno, podría ser por la resistencia al cambio.

Muchos priistas pueden haber estado cómodos y temían perder poder o influencia con algunas modificaciones estatutarias y tal vez no hubo una figura clara que impulsara esta transformación de manera efectiva. Lo que sí está claro es que el PRI ha perdido su conexión con las necesidades y aspiraciones del pueblo mexicano, por lo que es importante la adaptación y la renovación constante en la política para mantener la relevancia y la confianza de la ciudadanía.

Pero esta transformación, diseñada para revitalizar al partido y adaptarlo a las nuevas demandas de la ciudadanía, ha sido recibida con resistencia y falta de visión por parte de muchos priistas. Uno de los golpes más duros recientes para el PRI fue la decisión de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) de distanciarse del partido. La CTM, históricamente un bastión de apoyo indispensable para el PRI, ha decidido "bajarse del barco", dejando al partido en una situación aún más precaria.

A esto se suma la Confederación Nacional Campesina (CNC), que también ha dejado de tener la operatividad y relevancia de antaño debido a que las causas que encabezaba ahora son gestionadas por el gobierno federal de Morena.

No perdamos de vista que la CTM y la CNC han sido pilares fundamentales del PRI, proporcionando no solo apoyo logístico y financiero, sino también una base significativa de votantes. La decisión de estas organizaciones de romper con el PRI marca un punto de inflexión crítico en la relación entre ambos y refleja la creciente insatisfacción con la dirección y liderazgo actuales del partido.

Muchos agremiados de la CTM y la CNC han señalado la incapacidad del PRI para renovarse y adaptarse a los tiempos modernos como una de las principales razones de su distanciamiento, quienes además no comulgan con la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”.

No se puede ocultar que estas dos organizaciones han comenzado a buscar nuevas alianzas que puedan representar mejor los intereses de los trabajadores y campesinos en el actual clima político, posiblemente acercándose a movimientos y partidos emergentes como Morena.

La salida de la CTM y la falta de operatividad de CNC dejan al PRI en una situación vulnerable. Sin el apoyo de estas poderosas organizaciones, el partido deberá replantearse su estrategia y buscar nuevas formas de conectar con sus bases y recuperar la confianza perdida.

Es urgente que el PRI se someta a una reestructuración interna profunda, adoptando nuevas políticas y liderazgos que puedan resonar con las necesidades y expectativas actuales de la sociedad mexicana y que no solo sea simulación; además deberá forjar nuevas alianzas y reconstruir relaciones con otras organizaciones y movimientos que puedan ayudarle a recuperar su influencia.

Para ganarse nuevamente la confianza de la ciudadanía y de sus antiguos aliados, el PRI debe adoptar un enfoque más transparente y comprometido con la rendición de cuentas, combatiendo activamente la corrupción en sus filas.

Para muchos, la “Cuarta Transformación” interna del PRI puede ser una oportunidad perdida, no comprendida ni apoyada por muchos de sus militantes y simpatizantes. Sin embargo, con una estrategia clara y un compromiso genuino, todavía tiene la posibilidad de reinventarse y recuperar su relevancia en el panorama político mexicano.

¿Llegará la “Cuarta Transformación” al PRI? CTM y CNC buscan nuevas alianzas

La "Cuarta Transformación" generalmente se asocia con el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien así se refiere a su administración, en virtud a lo que él considera los tres grandes cambios históricos previos en México: la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana.

Sin embargo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha entrado a lo que podría ser su “4T”, habiendo sufrido importantes transformaciones a lo largo de la historia del país. Recordemos que fue en 1929 cuando se fundó con el nombre de Partido Nacional Revolucionario (PNR), en 1938 fue reconstituido como Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 refundado con el nombre actual PRI. Por lo que podemos considerar que en este 2024, es necesario que dé paso a una transformación, incluso de nombre.

Durante gran parte del siglo XX, el PRI fue el partido dominante en México; sin embargo, con el tiempo, ha enfrentado críticas por corrupción, autoritarismo y falta de conexión con la ciudadanía. La "Cuarta Transformación del PRI" podría interpretarse como un intento de renovación o reinvención del partido para adaptarse a los nuevos tiempos y desafíos políticos del país. Si los priistas no entendieron esta transformación en el momento oportuno, podría ser por la resistencia al cambio.

Muchos priistas pueden haber estado cómodos y temían perder poder o influencia con algunas modificaciones estatutarias y tal vez no hubo una figura clara que impulsara esta transformación de manera efectiva. Lo que sí está claro es que el PRI ha perdido su conexión con las necesidades y aspiraciones del pueblo mexicano, por lo que es importante la adaptación y la renovación constante en la política para mantener la relevancia y la confianza de la ciudadanía.

Pero esta transformación, diseñada para revitalizar al partido y adaptarlo a las nuevas demandas de la ciudadanía, ha sido recibida con resistencia y falta de visión por parte de muchos priistas. Uno de los golpes más duros recientes para el PRI fue la decisión de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) de distanciarse del partido. La CTM, históricamente un bastión de apoyo indispensable para el PRI, ha decidido "bajarse del barco", dejando al partido en una situación aún más precaria.

A esto se suma la Confederación Nacional Campesina (CNC), que también ha dejado de tener la operatividad y relevancia de antaño debido a que las causas que encabezaba ahora son gestionadas por el gobierno federal de Morena.

No perdamos de vista que la CTM y la CNC han sido pilares fundamentales del PRI, proporcionando no solo apoyo logístico y financiero, sino también una base significativa de votantes. La decisión de estas organizaciones de romper con el PRI marca un punto de inflexión crítico en la relación entre ambos y refleja la creciente insatisfacción con la dirección y liderazgo actuales del partido.

Muchos agremiados de la CTM y la CNC han señalado la incapacidad del PRI para renovarse y adaptarse a los tiempos modernos como una de las principales razones de su distanciamiento, quienes además no comulgan con la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”.

No se puede ocultar que estas dos organizaciones han comenzado a buscar nuevas alianzas que puedan representar mejor los intereses de los trabajadores y campesinos en el actual clima político, posiblemente acercándose a movimientos y partidos emergentes como Morena.

La salida de la CTM y la falta de operatividad de CNC dejan al PRI en una situación vulnerable. Sin el apoyo de estas poderosas organizaciones, el partido deberá replantearse su estrategia y buscar nuevas formas de conectar con sus bases y recuperar la confianza perdida.

Es urgente que el PRI se someta a una reestructuración interna profunda, adoptando nuevas políticas y liderazgos que puedan resonar con las necesidades y expectativas actuales de la sociedad mexicana y que no solo sea simulación; además deberá forjar nuevas alianzas y reconstruir relaciones con otras organizaciones y movimientos que puedan ayudarle a recuperar su influencia.

Para ganarse nuevamente la confianza de la ciudadanía y de sus antiguos aliados, el PRI debe adoptar un enfoque más transparente y comprometido con la rendición de cuentas, combatiendo activamente la corrupción en sus filas.

Para muchos, la “Cuarta Transformación” interna del PRI puede ser una oportunidad perdida, no comprendida ni apoyada por muchos de sus militantes y simpatizantes. Sin embargo, con una estrategia clara y un compromiso genuino, todavía tiene la posibilidad de reinventarse y recuperar su relevancia en el panorama político mexicano.

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