¡El tiempo corre y Esteban Villegas lo sabe!
El gobernador Esteban Villegas Villarreal sabe que el tiempo es un recurso implacable y en política cada día cuenta, situación por lo que ha comenzado a trabajar codo a codo con el próximo gabinete de Claudia Sheinbaum, apenas ésta recibió del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la constancia que la acredita como la primera presidenta de México.
Tal como se tenía previsto, este jueves se llevó a cabo la ceremonia solemne que validó oficialmente el cargo que Sheinbaum asumirá a partir del 1 de octubre. La rápida reacción de Villegas al iniciar coordinaciones con el nuevo gobierno refleja su estrategia para posicionar a Durango en la agenda nacional desde el principio.
La sinergia entre ambos equipos busca sentar las bases de proyectos prioritarios para la región, alineados con las directrices del nuevo gobierno federal. Desde infraestructura hasta políticas sociales, Villegas Villarreal entiende que este es el momento para asegurar que Durango no quede relegado en el reparto de recursos y decisiones a nivel nacional.
Es crucial recordar que Durango depende en más del 90% del presupuesto federal para su funcionamiento y desarrollo. En este contexto, el gobernador se adelanta al juego, asegurando que los proyectos clave del estado estén listos y en la mesa antes de que se tome cualquier decisión en la capital.
En México, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se aprueba en la Cámara de Diputados a más tardar el 15 de noviembre de cada año. Por ello, Sheinbaum, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), debe enviar el proyecto de ley del PEF a la Cámara de Diputados a más tardar el 8 de septiembre. Este plazo crítico es lo que impulsa al doctor de profesión a moverse rápido y anticipar sus proyectos, asegurando que Durango reciba los recursos necesarios para impulsar su desarrollo.
La coordinación temprana refleja la visión de un gobierno que entiende la importancia de la colaboración entre los distintos niveles de poder para lograr resultados efectivos. Sin duda, esta estrategia podría marcar un nuevo capítulo en la política estatal, donde la anticipación y la planificación se convierten en las claves del éxito.
Esteban Villegas sabe que el tiempo es su mayor reto. Aunque en este 2024 no se pudieron realizar obras estratégicas o sobresalientes debido a limitaciones financieras, el gobernador de Durango ya tiene la mira puesta en el 2025 como su gran oportunidad para consolidar su legado.
El 2025 será el año clave; Villegas sabe que tiene un margen de maniobra limitado: solo dispondrá de dos años, 2025 y 2026, para materializar los proyectos que definirán su gestión, ya que la historia política en México ha demostrado que, a medida que se acerca la sucesión, el papel del gobernante tiende a disminuir, con una atención creciente en quién será el siguiente en ocupar la silla. Los últimos dos años suelen estar marcados por la transición y la disminución del poder de influencia del mandatario en turno.
Es por eso que Esteban no solo se está anticipando en la presentación de proyectos, sino que también busca asegurarse de que estos sean ejecutables y visibles en un corto plazo. Con el apoyo del gobierno federal, por lo que debe aprovechar cada momento para asegurar que Durango se mantenga en la senda del progreso y que los ciudadanos vean resultados tangibles antes de que la atención se desvíe hacia el próximo proceso electoral.
El reloj ya está corriendo para Villegas, y sabe que el 2025 es su ventana de oportunidad. Si logra concretar las obras y políticas que tiene en mente, su gobierno podría ser recordado por su eficacia en tiempos de incertidumbre financiera. Pero el margen de error es mínimo. Cada decisión que tome ahora no solo impactará su presente, sino que definirá cómo será recordado su gobierno en los años venideros.
En política, cada día es un día menos. Esteban lo sabe bien. Con cada jornada que pasa, el gobernador de Durango se enfrenta al desafío ineludible del calendario, que avanza implacable, reduciendo el tiempo que le queda para dejar una huella duradera en su estado.
