/ sábado 2 de septiembre de 2023

De la picardía mexicana

Habiendo tenido la bendición de haber conocido otros países, en donde, mientras se deambula y conoce la ciudad, encuentra los baños públicos. Al parecer en algunas ciudades como la nuestra, es fuente de ingresos o “mordidas” de los policías, pues seguido nos enteramos por la prensa que, remitieron a los separos a “X” por estar haciendo sus necesidades en la vía pública. Por supuesto continúan ignorando que, como su nombre lo dice, son NECESIDADES.

En la actualidad sólo en los mercados y centros comerciales podemos localizar sanitarios para el público, viniendo a mi recuerdo el contenido de algunos letreros y dibujos que presentó Armando Jiménez Farías en su libro “Picardía Mexicana”.

Por cierto, viene a mi memoria el dicho de: “Quien presta un libro es un tonto, pero es más tonto quien lo regresa”, así me pasó con el mencionado libro de “Picardía Mexicana”, escrito por Armando Jiménez Farías, que tiene chistes, albures, conversaciones chuscas y, entre otras cosas describe varios letreros encontrados en los sanitarios, de los cuales aún evoco algunos, como el que indica se encontró en un colegio de monjas que decía: “No te acuestes sin regir, mira que puedes morir”.

Narra el autor que, de los nombres populares de los sanitarios públicos, había uno cercano a los Estudios Churubusco que se anunciaba como: “Fábrica de Churros El Esfuerzo”.

En sus charlas, Jiménez Farías relataba que los baños se parecen a los dioses, porque sólo ellos saben quiénes obran bien y quiénes obran mal; relataba de las filas que se hacían en los sanitarios, con los que bailaban apurados afuera, mientras salía muy satisfecho quien se encontraba adentro; platicando que, haciendo cola una persona a quien “ya le andaba” esperando apuradamente que saliera alguien que padecía estreñimiento; le toca a la puerta y le pregunta: -Señor, ¿ya va a salir? Y el de adentro con pujidos contesta: -Sí ya va saliendo.

Recuerdo de los letreros en las puertas de los sanitarios sumamente simpáticos como aquel que reza: “En vano busco un papel/ para limpiar mis despojos:/ tengo abiertos los tres ojos/ y no puedo dar con él”.

Haciendo gala de lo cuidadoso para el dinero de los ciudadanos de Monterrey, había un letrero que decía: “Si aquí te dan dos hojitas/ para que te limpies el ano/ dos confetis ameritas/ tú que eres regiomontano”.

Otro que señalaba: “Cuando llego a este aposento/ siempre me pongo a pensar/ lo caro que está el sustento/ y a lo que viene a parar”. Otro: “Cague feliz, cague contento, pero por “plis” cáguese adentro”. Aún más: “Por mucho que usted se haga, por mucho que se crea, al llegar aquí se caga, o por lo menos se mea”. Y más: “Prohibido cagar de aguilita, hay platillos voladores”.

Este lo escribió un chairo: “La bida es ermosa, pero ay que bibirla, aunque sea con herrores”.

Ante la desesperación de la gente que ya no puede transitar por nuestro país en forma tranquila sin que lo maten o lo asalten, y el ofrecimiento del presidente de quejarse con los padres y abuelos de los delincuentes se encontró este: “México de criminales se infecta/ ni se puede caminar por paseos bonitos/. Ahora sí, señor presidente/ deles la queja a sus abuelitos”.

Me acaban de participar este, encontrado en uno de los sanitarios del aeropuerto de CDMX, que dice: “Sabemos de la existencia fecal/ al llegar a este sector/ pero en Palacio Nacional/ está el más obrador”.

Habiendo tenido la bendición de haber conocido otros países, en donde, mientras se deambula y conoce la ciudad, encuentra los baños públicos. Al parecer en algunas ciudades como la nuestra, es fuente de ingresos o “mordidas” de los policías, pues seguido nos enteramos por la prensa que, remitieron a los separos a “X” por estar haciendo sus necesidades en la vía pública. Por supuesto continúan ignorando que, como su nombre lo dice, son NECESIDADES.

En la actualidad sólo en los mercados y centros comerciales podemos localizar sanitarios para el público, viniendo a mi recuerdo el contenido de algunos letreros y dibujos que presentó Armando Jiménez Farías en su libro “Picardía Mexicana”.

Por cierto, viene a mi memoria el dicho de: “Quien presta un libro es un tonto, pero es más tonto quien lo regresa”, así me pasó con el mencionado libro de “Picardía Mexicana”, escrito por Armando Jiménez Farías, que tiene chistes, albures, conversaciones chuscas y, entre otras cosas describe varios letreros encontrados en los sanitarios, de los cuales aún evoco algunos, como el que indica se encontró en un colegio de monjas que decía: “No te acuestes sin regir, mira que puedes morir”.

Narra el autor que, de los nombres populares de los sanitarios públicos, había uno cercano a los Estudios Churubusco que se anunciaba como: “Fábrica de Churros El Esfuerzo”.

En sus charlas, Jiménez Farías relataba que los baños se parecen a los dioses, porque sólo ellos saben quiénes obran bien y quiénes obran mal; relataba de las filas que se hacían en los sanitarios, con los que bailaban apurados afuera, mientras salía muy satisfecho quien se encontraba adentro; platicando que, haciendo cola una persona a quien “ya le andaba” esperando apuradamente que saliera alguien que padecía estreñimiento; le toca a la puerta y le pregunta: -Señor, ¿ya va a salir? Y el de adentro con pujidos contesta: -Sí ya va saliendo.

Recuerdo de los letreros en las puertas de los sanitarios sumamente simpáticos como aquel que reza: “En vano busco un papel/ para limpiar mis despojos:/ tengo abiertos los tres ojos/ y no puedo dar con él”.

Haciendo gala de lo cuidadoso para el dinero de los ciudadanos de Monterrey, había un letrero que decía: “Si aquí te dan dos hojitas/ para que te limpies el ano/ dos confetis ameritas/ tú que eres regiomontano”.

Otro que señalaba: “Cuando llego a este aposento/ siempre me pongo a pensar/ lo caro que está el sustento/ y a lo que viene a parar”. Otro: “Cague feliz, cague contento, pero por “plis” cáguese adentro”. Aún más: “Por mucho que usted se haga, por mucho que se crea, al llegar aquí se caga, o por lo menos se mea”. Y más: “Prohibido cagar de aguilita, hay platillos voladores”.

Este lo escribió un chairo: “La bida es ermosa, pero ay que bibirla, aunque sea con herrores”.

Ante la desesperación de la gente que ya no puede transitar por nuestro país en forma tranquila sin que lo maten o lo asalten, y el ofrecimiento del presidente de quejarse con los padres y abuelos de los delincuentes se encontró este: “México de criminales se infecta/ ni se puede caminar por paseos bonitos/. Ahora sí, señor presidente/ deles la queja a sus abuelitos”.

Me acaban de participar este, encontrado en uno de los sanitarios del aeropuerto de CDMX, que dice: “Sabemos de la existencia fecal/ al llegar a este sector/ pero en Palacio Nacional/ está el más obrador”.