Si bien es cierto que la elección presidencial y de los integrantes de las dos cámaras del congreso de la unión, realizada el pasado mes de junio en nuestro país fue la mas importante, también la elección del próximo martes en Estados Unidos será determinante para el rumbo que tomará en nuestro país la dinámica de la economía, la migración y el grave problema de seguridad que hoy padecemos.
La elección norteamericana se trata de ver si la mayoría de la sociedad de ese país le otorga nuevamente la confianza al partido demócrata llevando a la casa blanca a Kamala Harris, cerrándole la puerta en forma definitiva a Donald Trump, evitando que regrese a la presidencia de ese país. La otra opción para los electores es sacar a los demócratas del poder y regresar a Trump a dirigir un nuevo período de cuatro años para instaurar un modelo autoritario y populista de derecha. Dependiendo de quien encabece el nuevo gobierno de la Unión Americana, con respecto a México se presentan dos posibilidades, una es mantener una política de acercamiento, dialogo, entendimientos y acuerdos, o bien la segunda, en la que puede surgir un giro brusco en materia migratoria, de seguridad, de trato comercial y de inversión directa en nuestra economía.
La relación con México se ha convertido en uno de los temas centrales de las campañas presidenciales y legislativas en Estados Unidos, de ahí que tanto Harris como Trump en sus mensajes durante la campaña electoral han mantenido posturas firmes -encontradas entre sí- de su estrategia hacia nuestro país, intentando ganar votos de ciudadanos hispanos que se vuelven mas determinantes en una elección cerrada como la que se avecina entre demócratas y republicanos.
Es evidente que en las actuales circunstancias electorales de Estado Unidos nadie puede ganar una elección sin el voto mayoritario de los latinos, gracias a que cada cuatro años crece el número de votantes hispanos en el padrón electoral, para este año están habilitados para ejercer su derecho al voto mas de 36 millones de ciudadanos norteamericanos de origen hispano.
El choque político e ideológico que sucede en cada elección, en el caso de Estados Unidos se ubica entre el proyecto político de los republicanos que defiende el interés de un segmento con enorme poder económico, que busca la protección política para obtener un poder absoluto, contra los demócratas que representan un modelo moderado e incluyente que pone énfasis en la protección de los derechos humanos, por encima de cualquier otro interés. Con Donald Trump los republicanos buscan imponer una forma de gobierno centralizada que impone sus decisiones a los demás sin discusión alguna, mientras que los demócratas con kamala Harris buscan mantener una forma de gobierno en base al consenso, con apertura a quienes piensan distinto, con soluciones democráticas. Seguramente el voto de los hispanos -particularmente de origen mexicano- se identifican mas con la propuesta por los demócratas, de ahí la esperanza que con su voto hagan posible el arribo de la primera mujer a la Presidencia de Estados Unidos.
Así las cosas, la elección en Estados Unidos determinará el rumbo que tome en los próximos años la economía global y regional de la que México es parte gracias al T-MEC. Le conviene a nuestro país que no haya virajes drásticos que propicien incertidumbre, choques innecesarios y guerras comerciales absurdas. En materia de seguridad subyace la posibilidad de que el vecino país quiera intervenir en nuestro territorio de manera directa ante la falta de resultados internos y en materia de migración que regrese una visión inhumana y autoritario con los millones de familias que buscan fuera de su lugar de origen mejores condiciones de vida. Como pocas veces en la historia, mucho es lo que esta en juego para México en la elección de Estados Unidos.