/ lunes 18 de septiembre de 2023

Desatinos y desfiguros de Ebrard

En el momento de grandes definiciones, Marcelo se ha doblado y su proceder está repleto de errores de cálculo, rupturas tardías y coyunturas desaprovechadas. Ha sabido posponer, pero no ha sabido cómo entrar, mucho menos cómo salir del atolladero en que se ha metido.

Le apostó a la amistad con el presidente y perdió. Le apostó a su pedantería y calló gordo. Le apostó a querer meter las manos en el proceso y se las ataron. Ahora le apuesta a la anulación de las encuestas, olvidándosele que sus desatinos y desfiguros ya no dan para exigir nada, porque debe de entender que ya no está en la lista de los grandes hombres, sino en la negra de la que se ha hecho acreedor al trofeo de poco hombre.

Así que, el Marcelo que ayer lograba expectación, ahora provoca fatiga. El Marcelo que ayer seducía con su gran presencia e inteligencia ahora causa cansancio. Si antes era alfil de la jugada maestra, ahora es un peón comido. Si con sus berrinches y desfiguros pretendía ser la espada de Damocles, la triste realidad le ha revelado que ya no es más que un incómodo y fétido dolor de muelas.

El deshonor a su palabra, pretende matizarlo con un movimiento contra “las pifias que lo declararon perdedor”, asegurando que ante todo esto, desea conservar un espacio democrático y limpiarlo de raíz con la anulación total del proceso y de no ser así, su amenaza de pintar la raya no es velada, sin que aún no cuente con el gis ni la pizarra para marcarla.

Pero por primera vez, la inteligencia del ex canciller se ve empañada por la equivocación, porque unirse en este momento a cualquier partido chiquillo; implicaría invertir mucho en cohetes para hacer bastante ruido y al final recoger sólo las varas.

Pero si su reto de aparecer en las boletas equivale a lanzarse de canónigo a perrero, sin duda que sería algo muy espectacular, pero muy vergonzoso para alguien que siempre ha querido ser presidente. Así que aunque no le guste le iría mejor de chalán con Claudia, que de rey en casa ajena de pandilleros.

Marcelo y sus seguidores quieren el poder y nada habrán de obtener si se adhieren a partidos que están a caza de deshechos, sólo para beneficiarse ellos. De ahí que los oportunistas se pondrán en compás de espera, al acecho pues. Si Chelo resucita en Morena ahí seguirán; pero la pensarán si las cosas toman otro rumbo, ya que la incertidumbre crece ante el tirón que Marcelo ha dado a la liga, donde no le quedan más que dos salidas: Reventarse e irse a otro lado o encogerse y quedarse muy aguado donde está

Si tanto el PRIAN como MC le ofrecen sólo migajas, a Marcelo le queda la opción de la cuerda floja y no hace falta que abandone la pista grande, porque sutilmente ésta ya lo despidió, sin el protocolo de las cajas destempladas. De ahí que lanzarse por la libre y sin aliados, es el salto siguiente que lo acogerá con el deshonor de no haber cumplido su palabra. Acción que ha decepcionado a muchos que creían que era hombre de hierro y que bastó una caída, para exhibir de cuerpo entero la hojalata de que estaba hecho.

Sin embargo, hay que reconocerle su espíritu aventurero, del que sin duda ha sentado plaza de traidor, que no iría más allá de restarle votos a los mismos que aplauden y motivan su salida; porque descarrilar el tren del que amenaza con bajarse, ya no hace falta porque sin que lo haga ya está abajo.

Su ingenuidad fue más allá, cuando nunca entendió que sus desatinos y desfiguros lo convirtieron en el hazme reír, porque nunca fue el enemigo a vencer, sino la pieza clave que necesitaban para legitimar el proceso. De ahí que el jaque mate que sus ínfulas cargaban, ahora podría dejar en ayunas a sus invitados, si le permiten cuando mucho comerse un par de caballos.

Debe ser muy difícil para Chelo, recortar sus ambiciones, encoger su ego, reconocer que ya muy pocos claman su nombre y para colmo que ha dejado de ser importante para quienes mucho le han rogado. Pensaba que pavonearse en la contienda como superior a sus opositores le bastaría.

Como expresó alguna vez Fernando Solana: “La inteligencia consiste en reconocer las limitaciones propias” y en esta jugada pareciera que el susodicho pecó de arrogante, pensando que por ser quién es, no merecía perder.

En el momento de grandes definiciones, Marcelo se ha doblado y su proceder está repleto de errores de cálculo, rupturas tardías y coyunturas desaprovechadas. Ha sabido posponer, pero no ha sabido cómo entrar, mucho menos cómo salir del atolladero en que se ha metido.

Le apostó a la amistad con el presidente y perdió. Le apostó a su pedantería y calló gordo. Le apostó a querer meter las manos en el proceso y se las ataron. Ahora le apuesta a la anulación de las encuestas, olvidándosele que sus desatinos y desfiguros ya no dan para exigir nada, porque debe de entender que ya no está en la lista de los grandes hombres, sino en la negra de la que se ha hecho acreedor al trofeo de poco hombre.

Así que, el Marcelo que ayer lograba expectación, ahora provoca fatiga. El Marcelo que ayer seducía con su gran presencia e inteligencia ahora causa cansancio. Si antes era alfil de la jugada maestra, ahora es un peón comido. Si con sus berrinches y desfiguros pretendía ser la espada de Damocles, la triste realidad le ha revelado que ya no es más que un incómodo y fétido dolor de muelas.

El deshonor a su palabra, pretende matizarlo con un movimiento contra “las pifias que lo declararon perdedor”, asegurando que ante todo esto, desea conservar un espacio democrático y limpiarlo de raíz con la anulación total del proceso y de no ser así, su amenaza de pintar la raya no es velada, sin que aún no cuente con el gis ni la pizarra para marcarla.

Pero por primera vez, la inteligencia del ex canciller se ve empañada por la equivocación, porque unirse en este momento a cualquier partido chiquillo; implicaría invertir mucho en cohetes para hacer bastante ruido y al final recoger sólo las varas.

Pero si su reto de aparecer en las boletas equivale a lanzarse de canónigo a perrero, sin duda que sería algo muy espectacular, pero muy vergonzoso para alguien que siempre ha querido ser presidente. Así que aunque no le guste le iría mejor de chalán con Claudia, que de rey en casa ajena de pandilleros.

Marcelo y sus seguidores quieren el poder y nada habrán de obtener si se adhieren a partidos que están a caza de deshechos, sólo para beneficiarse ellos. De ahí que los oportunistas se pondrán en compás de espera, al acecho pues. Si Chelo resucita en Morena ahí seguirán; pero la pensarán si las cosas toman otro rumbo, ya que la incertidumbre crece ante el tirón que Marcelo ha dado a la liga, donde no le quedan más que dos salidas: Reventarse e irse a otro lado o encogerse y quedarse muy aguado donde está

Si tanto el PRIAN como MC le ofrecen sólo migajas, a Marcelo le queda la opción de la cuerda floja y no hace falta que abandone la pista grande, porque sutilmente ésta ya lo despidió, sin el protocolo de las cajas destempladas. De ahí que lanzarse por la libre y sin aliados, es el salto siguiente que lo acogerá con el deshonor de no haber cumplido su palabra. Acción que ha decepcionado a muchos que creían que era hombre de hierro y que bastó una caída, para exhibir de cuerpo entero la hojalata de que estaba hecho.

Sin embargo, hay que reconocerle su espíritu aventurero, del que sin duda ha sentado plaza de traidor, que no iría más allá de restarle votos a los mismos que aplauden y motivan su salida; porque descarrilar el tren del que amenaza con bajarse, ya no hace falta porque sin que lo haga ya está abajo.

Su ingenuidad fue más allá, cuando nunca entendió que sus desatinos y desfiguros lo convirtieron en el hazme reír, porque nunca fue el enemigo a vencer, sino la pieza clave que necesitaban para legitimar el proceso. De ahí que el jaque mate que sus ínfulas cargaban, ahora podría dejar en ayunas a sus invitados, si le permiten cuando mucho comerse un par de caballos.

Debe ser muy difícil para Chelo, recortar sus ambiciones, encoger su ego, reconocer que ya muy pocos claman su nombre y para colmo que ha dejado de ser importante para quienes mucho le han rogado. Pensaba que pavonearse en la contienda como superior a sus opositores le bastaría.

Como expresó alguna vez Fernando Solana: “La inteligencia consiste en reconocer las limitaciones propias” y en esta jugada pareciera que el susodicho pecó de arrogante, pensando que por ser quién es, no merecía perder.