Las tendencias internacionales se están decantando por la educación personalizada o educación individualizada, para adaptarse a las habilidades, intereses y talentos de cada alumno, personalizando el aprendizaje para que cada estudiante desarrolle su potencial; así, la educación centrada en el potencial se destaca por el desarrollo de las habilidades y fortalezas naturales de cada estudiante.
La Secretaría de Educación del Estado de Durango ha insertado en el Programa Educativo 2023-2028 líneas de acción enfocadas en la educación para el desarrollo del talento, buscando enfatizar explícitamente el objetivo de identificar y cultivar las habilidades únicas de cada estudiante, como una forma de procurar la realización personal, apuntando al autoconocimiento y al desarrollo de las capacidades únicas de cada persona, facilitando el crecimiento integral y tomando en cuenta que, si se enfoca en el desarrollo integral del ser humano, se potencia el talento y el crecimiento personal, se favorece una educación humanista.
Bajo esta óptica, el pasado martes 5 de noviembre se puso en marcha en Durango la estrategia Escuelas para el Desarrollo de Talentos, en la que, como fase piloto, participarán seis planteles escolares, un preescolar, cuatro primarias y una secundaria, que tendrán la característica de laborar en un horario extendido, con alimentación disponible para alumnos y docentes, quienes orientarán los contenidos didácticos hacia áreas como robótica, danza, inglés, ajedrez, deportes, música, vida saludable, pintura y canto, sin demérito del currículo ya establecido en los planes y programas de estudio emitidos por la SEP.
Esta estrategia de gestión del conocimiento está orientada a las fortalezas; se centra en robustecer las áreas de talento natural o innato en lugar de enfocarse en las debilidades o deficiencias del estudiante.
La intervención educativa, orientada al desarrollo de talentos, tiene varias características clave que la diferencian de modelos educativos más tradicionales; por ejemplo, contiene un enfoque personalizado y centrado en el alumno, adaptado a sus necesidades, intereses y competitividades, identificando y apoyando el desarrollo de las habilidades específicas de cada persona, con flexibilidad en los métodos y tiempos de aprendizaje para ajustarse al ritmo de cada educando.
Aunado a lo anterior, a través de evaluaciones, observación y orientación, los educadores ayudan a los estudiantes a identificar sus fortalezas y áreas de talento para diseñar actividades y proyectos que permiten a los escolares explorar y desarrollar sus intereses y habilidades, para ir más allá de lo académico, potenciando aptitudes artísticas, deportivas, creativas, tecnológicos, entre otras.
De esta manera, los colegiales son alentados a tomar un papel activo en su propio aprendizaje, desarrollando habilidades de autogestión y responsabilidad donde la toma de decisiones y la autoevaluación, alecciona a los aprendices a reconocer sus logros y a trabajar en áreas de mejora.
La educación orientada al desarrollo de talentos apoya el desarrollo emocional de los estudiantes de varias maneras fundamentales; al reconocer la conexión entre el talento y las emociones, este tipo de educación fomenta un crecimiento integral donde los estudiantes aprenden a gestionar sus emociones, ganar confianza y desarrollar una identidad saludable mediante el fomento de la autoestima y autoconfianza, el desarrollo de la autoconciencia emocional, la creación de un ambiente seguro y de apoyo, el impulso de la resiliencia y la gestión emocional, el desarrollo de la empatía y habilidades sociales, la cultura de un sentido de propósito y autorrealización, la integración de prácticas de inteligencia emocional y el concepto de la autocompasión.
En la estrategia Escuelas para el Desarrollo de Talentos, los docentes y los padres de familia tendrán un papel fundamental a desempeñar, puesto que las líneas de acción están diseñadas conforme a la filosofía de la Nueva Escuela Mexicana: partir de las situaciones comunitarias y encontrar los ángulos de evolución con la participación comunitaria.
Así, los docentes adquieren el rol de facilitadores del Aprendizaje Personalizado, actuando más como guías que como instructores; ayudando a las niñas y niños, a los jóvenes, a descubrir sus talentos, intereses y puntos fuertes, personalizando las experiencias de aprendizaje para que cada alumno explore su potencial; observando activamente a cada educando para identificar sus habilidades, intereses y áreas de crecimiento; proporcionando retroalimentación constructiva y personalizada y asumiendo un papel de mentoría, ayudando a los estudiantes a establecer metas personales, a crear estrategias de aprendizaje y a superar desafíos, con lo que se crea un entorno positivo donde los estudiantes se sienten cómodos para explorar y expresar sus emociones sin temor al error, bajo una cultura de respeto y apoyo.
Y los padres de familia intervienen identificando también los intereses y habilidades de sus hijos en el entorno familiar, proporcionando oportunidades fuera de la escuela para que puedan explorar sus talentos, como clases extracurriculares, talleres o experiencias que refuercen sus intereses; con el apoyo emocional y motivación, el alentar y apoyar a sus hijos en sus logros y desafíos es fundamental para contribuir al desarrollo emocional al mostrar aprecio por los esfuerzos de sus hijos y al enseñarles a ser resilientes ante las dificultades.