En días recientes la diputada morenista Georgina Solorio, hizo posible que en Durango se presentará la obra “La República. Guadalupe Victoria primer Presidente Constitucional de la República Mexicana” de la autoría del prestigioso escritor Adolfo Arrioja Vizcaíno, un interesante libro que aborda con magistral escritura la biografía de Guadalupe Victoria, describiendo en sus páginas el nacimiento de México como república; una obra que nos remite al origen y la formación de esta nación mexicana. Durante el evento, que encabezó la diputada Solorio, abordó la tribuna con una inolvidable destreza discursiva de corte histórico, que reflejó su interés por el personaje y de paso demostró de manera palpable de que la Comisión de Cultura que preside en el Congreso del Estado de Durango, está a la altura de las circunstancias históricas que vive Durango. La presentación corrió a cargo del historiador y cronista Javier Guerrero y bajo la conducción del cronista Esbardo Carreño Díaz. Durante el evento se percibió el poco o nulo interés del director del ICED, por asistir, por encima de la importancia de tan relevante acto cultural.
Sobra recordar que también diputado morenista Alejandro Mata, de Gómez Palacio, en meses recientes le apostó a la difusión del personaje, sufragando de su peculio una obra para conmemorar a Guadalupe Victoria y los 200 años del federalismo en México; edición de gran relevancia cultural que fue presentada en la comarca lagunera con una nutrida asistencia. En ese contexto, queda para la reflexión que no obstante que este año, Durango cumpliera 200 años como estado adherido a la federación y la toma de posesión de la presidencia de la República del General Guadalupe Victoria, el acontecimiento pasó casi inadvertido durante todo el año por las autoridades estatales, en particular por el Instituto de Cultura del Estado de Durango; quizá el ilustre personaje que fue el primer Presidente de México, corrió la suerte o poca fortuna de que el otrora gobernador nativo de Amacuable, Tamazula, en su momento, no le brindó la importancia histórica, tampoco cumplió su promesa de habilitar un museo en su honor, ni promover mucho menos financiar un documental o película, o bien editar un libro como fue el compromiso contraído por su coterráneo J. Rosas Aispuro; por ende, inferimos que en la actual administración estatal, el actual director del ICED no le apetece contraer ningún compromiso o evento que provenga del pasado reciente y más tratándose de un político del pasado sexenio que fue cuestionado por la sociedad duranguense. Pero el primer Presidente del República qué culpa tiene de las falsas promesas de políticos que prometen a diestra y siniestra sin pudor alguno.
En descargo a ese bache cívico- cultural, los esfuerzos municipales sí fueron visibles por parte del edil capitalino Toño Ochoa, quien abrió las puertas a un pequeño espacio consagrándose al héroe duranguense, con exposición y réplicas de objetos que evocan la memoria de la vida y obra Victoria; dicho espacio cultural fue instalado en la base donde se eleva el monumento a la entrada de la ciudad de Durango, que anteriormente era una especie de cámara de reducidas dimensiones, y que en dicho sitio, el presidente del Consejo de la Crónica del municipio de Durango, Javier Guerrero Romero, habilitó el lugar proyectando con gran calidad y armonía museográfica, con la pretensión de conmemorar el trascendental acontecimiento al confeccionar esta histórica sala con objetos alusivos al personaje y a los 200 años del federalismo durangueño; dicho acontecimiento fue seguido con la edición de un interesante folleto ilustrativo referente a G. Victoria promovido y auspiciado por el regidor de cultura Antonio Morales.