Peregrinos de Oración
El conocido poema de A. Machado resalta: «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar». Ciertamente para nosotros sí hay camino, es Jesús, «Camino, Verdad y Vida», pero, en efecto, hay que hacer camino al andar.
Los católicos no podemos conformarnos con estar estancados, sentados junto al camino, como aquel ciego en Jericó cuando se encuentra Jesús con él. No. Nosotros somos una Iglesia Peregrina, que hace presente a Jesús Camino al andar.
Se está llevando a cabo la Peregrinación Arquidiocesana a Los Santos Mártires, la IV, con grandes testimonios de verdadera fe y conversión, de auténtica evangelización. Más de tres mil peregrinos que, a lo largo de seis días, recorreremos el trayecto de Durango hasta los Lugares Santos en Chailchihuites, Zac., sembrando una semilla de inquietud infatigable en nuestra Arquidiócesis y más allá de ella. Entre las oraciones, los cantos o la mera meditación paso tras paso, presididos por el Santísimo Sacramento y las Reliquias de nuestros Santos Mártires Duranguenses, se va acrisolando la fe, renovando la conversión y abriendo el corazón a Dios.
Entre el cansancio, las ampollas, el sol cayendo aplomo, etc., nunca dejan de asomarse las plegarias devotas, las «mandas» cumplidas, la fortaleza espiritual, el ofrecimiento por la paz en nuestro país y por nuestras familias. Y cómo no continuar peregrinando, si vemos el aliento de las personas de los pueblos y comunidades por donde íbamos pasando. Cómo no seguir adelante, si vemos con paso firme a Don José Chávez o Don Cesareo Serrato, hombres de más de 70 años que recorren los seis días continuos lo más de 120 km con su andar pausado pero continuo, con la experiencia y la fe que sólo los años pueden dar.
O al ver los carteles de esos niños que a la llegada a las comunidades nos alientan con frases como «cada paso, cada esfuerzo, su cansancio y su fe a Cristo los conduce al cielo», o «no importa qué tan largo o difícil sea el camino, lo que importa es que el Señor está contigo en cada paso que das».
Hace ya 98 años que los Santos Mártires Duranguenses dieron su vida por amor a Cristo en estas tierras arquidiocesanas, pero su testimonio sigue moviendo a tantos y tantos corazones para que sigamos a Cristo Camino, en nuestra peregrinación diaria. No desfallezcamos, nos sigue diciendo nuestro Arzobispo, Mons. Faustino, pues vamos haciendo camino al andar, vamos encontrando y llevando a Jesús Camino al andar. «La peregrinación evangeliza». Una antigua frase latina definía al ser humano como «homo viator», es decir, «peregrino», «caminante», «viajero».
Eso somos. Vamos en continua peregrinación hacia el encuentro de Dios. El agua estancada se hace lamosa, se pudre, mientras que el agua que corre va dando vida a su paso. Así es la vida del humano y, por lo tanto, del cristiano. Caminemos, peregrinemos en nuestra vida diaria. Caminantes, se hace Camino al andar...
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