El poder y abusos
Nos conviene a todos tener claro el concepto de autoridad. La cual es lo contrario de arbitrario, caprichoso o despótico. A las instancias que nos mueven a acatar los principios de donde nacen el orden y el ejercicio recto de la libertad, es a lo que se llama autoridad. La palabra autoridad procede del latín augeo, que significa crecer o aumentar. La autoridad es también la fuente de decisiones que señala lo que es justo y lo que es injusto. Debe de aparecer reflejada en las leyes, que deben ser conformes con la ley natural y adecuadas a la substancia de cada sociedad.
A la autoridad, que es esencialmente buena y necesaria, se contrapone el poder, que aparece solo como el mal menor necesario que impide la injusticia del desorden. El poder es un recurso coercitivo que poseen el ejecutivo o los legisladores para obligar a los hombres a cumplir la ley cuando estos no quieren. Cuanto más se respete la autoridad menos necesaria será el ejercicio del poder. Este es el ideal de una sociedad que pretenda ser civilizada. Hoy se combate con saña todo principio de autoridad. Pero cuando el hombre destruye la autoridad no hace otra cosa que desencadenar el poder, el cual se sube sobre sus espaldas con la violencia de una tiranía. Y esto es verdad cualquiera que sea la forma de gobierno, de uno o de muchos; en este caso sería la tiranía de la mayoría, pero tiranía.
La gran crisis actual de este sexenio consiste, principalmente, en la implantación del positivismo jurídico apoyado con el poder y barriendo la autoridad. Conduce al mal, porque genera corrupción y vileza en las instituciones públicas y en todo el cuerpo social. En esta situación han caído gran parte de las naciones en nuestros días. Y no es que estas cosas sean un asunto solo para la discusión entre científicos, no. Afecta gravemente a las naciones y a los pueblos; a todos los hombres y a cada hombre en particular.
La progresiva caída en la barbarie a lo largo de la modernidad y sobre todo de la Contemporaneidad, la está resistiendo el mexicano noblemente, estoicamente y decorosamente, mucho más que los otros pueblos. Esto se debe, en mi opinión, a la gran reserva espiritual que contiene la maravillosamente rica, fecunda, universal y viva cultura mexicana. Por eso México, si toma conciencia de su situación está en mejor situación para recobrar el norte y volver a una civilización al servicio del Hombre. Y rechazar mediante las urnas este próximo junio. Lupus ovium non curat numerum. Al lobo no le importa el número de ovejas.
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