/ martes 27 de agosto de 2024

La denuncia que amenaza la alianza entre el PRI y PAN en Durango

Ayer, el gobernador del Estado, Esteban Villegas, Villarreal lanzó una contundente denuncia que ha vuelto a sacudir a la clase política duranguense y que posiblemente afecte la alianza entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y

Acción Nacional (PRI), rumbo al proceso electoral de alcaldes en los 39 municipios y de manera específica en la capital del Estado.

El hecho que durante la pasada administración de José Rosas Aispuro, se cometió otro fraude en la compra de terrenos destinados a la instalación de la empresa Tarafer, transacción que fue valuada en 34 millones de pesos, habría sido, en realidad, un robo al erario público, ya que los terrenos solo costaban 15 millones de pesos.

Este presunto fraude no es solo una cuestión de cifras infladas; es un reflejo de los manejos oscuros que nuevamente salen a la luz de lo que caracterizó al gobierno anterior. La advertencia es clara: la corrupción no será tolerada bajo la batuta de Villegas Villarreal.

Sin embargo, también revela un patrón preocupante de manejo financiero que amenaza y erosiona la confianza en los partidos políticos, lo que en su momento puede reconfigurar el panorama electoral en Durango.

Este caso cobra mayor relevancia si se enmarca en el contexto de la herencia financiera que dejó Aispuro Rosas, una deuda colosal que ronda los 24 mil millones de pesos, por lo que el mensaje es claro: que en el actual gobierno no se quedará de brazos cruzados ante las irregularidades del pasado.

Sin embargo, la situación es compleja. Si bien la promesa de castigar a los responsables de este desfalco puede ganar aplausos entre los ciudadanos hartos de la corrupción, también conlleva riesgos políticos. Esteban Villegas se enfrenta a una oposición en la conformación de la nueva legislatura, donde la alianza entre Morena y PVEM tienen mayoría quienes podrían utilizar este tema como un arma en su contra, argumentando que es parte de un espectáculo mediático o una cacería de brujas.

La batalla que Villegas ha decidido emprender es una de alto riesgo, pero también de alta recompensa. Si logra cumplir su promesa y desenmascarar a los culpables, podría consolidarse como un líder fuerte y decidido en la lucha contra la corrupción. No obstante, si la investigación se queda en palabras y no hay consecuencias reales, podría enfrentar un desgaste político significativo.

En este juego de ajedrez político, el gobernador deberá moverse con cautela. Las piezas están sobre el tablero, y cada movimiento será crucial. Lo que está en juego no es solo el presente de su administración, sino el futuro político de Durango y la consolidación de su equipo de trabajo para las próximas elecciones.

Ya que en estos momentos se escuchan voces de algunos secretarios de gobierno que quieren participar en la contienda electoral, lo cual se oficializará pasando el informe del estado que guarda la administración estatal.

En este sentido, la ciudadanía, mientras tanto, espera que esta denuncia no sea una más de las muchas que se han hecho en el pasado, donde se ha cuestionado el papel de la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, pese a las carpetas de investigación que ha abierto en relación al desfalco de la pasada administración.

Esteban Villegas ha lanzado el guante, y ahora, el reto es demostrar que en Durango, la justicia no es una promesa vacía, sino una realidad que comienza a construirse; por lo que los próximos días y meses serán cruciales para dar a conocer de manera precisa a los culpables con nombre y apellido.

Ayer, el gobernador del Estado, Esteban Villegas, Villarreal lanzó una contundente denuncia que ha vuelto a sacudir a la clase política duranguense y que posiblemente afecte la alianza entre el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y

Acción Nacional (PRI), rumbo al proceso electoral de alcaldes en los 39 municipios y de manera específica en la capital del Estado.

El hecho que durante la pasada administración de José Rosas Aispuro, se cometió otro fraude en la compra de terrenos destinados a la instalación de la empresa Tarafer, transacción que fue valuada en 34 millones de pesos, habría sido, en realidad, un robo al erario público, ya que los terrenos solo costaban 15 millones de pesos.

Este presunto fraude no es solo una cuestión de cifras infladas; es un reflejo de los manejos oscuros que nuevamente salen a la luz de lo que caracterizó al gobierno anterior. La advertencia es clara: la corrupción no será tolerada bajo la batuta de Villegas Villarreal.

Sin embargo, también revela un patrón preocupante de manejo financiero que amenaza y erosiona la confianza en los partidos políticos, lo que en su momento puede reconfigurar el panorama electoral en Durango.

Este caso cobra mayor relevancia si se enmarca en el contexto de la herencia financiera que dejó Aispuro Rosas, una deuda colosal que ronda los 24 mil millones de pesos, por lo que el mensaje es claro: que en el actual gobierno no se quedará de brazos cruzados ante las irregularidades del pasado.

Sin embargo, la situación es compleja. Si bien la promesa de castigar a los responsables de este desfalco puede ganar aplausos entre los ciudadanos hartos de la corrupción, también conlleva riesgos políticos. Esteban Villegas se enfrenta a una oposición en la conformación de la nueva legislatura, donde la alianza entre Morena y PVEM tienen mayoría quienes podrían utilizar este tema como un arma en su contra, argumentando que es parte de un espectáculo mediático o una cacería de brujas.

La batalla que Villegas ha decidido emprender es una de alto riesgo, pero también de alta recompensa. Si logra cumplir su promesa y desenmascarar a los culpables, podría consolidarse como un líder fuerte y decidido en la lucha contra la corrupción. No obstante, si la investigación se queda en palabras y no hay consecuencias reales, podría enfrentar un desgaste político significativo.

En este juego de ajedrez político, el gobernador deberá moverse con cautela. Las piezas están sobre el tablero, y cada movimiento será crucial. Lo que está en juego no es solo el presente de su administración, sino el futuro político de Durango y la consolidación de su equipo de trabajo para las próximas elecciones.

Ya que en estos momentos se escuchan voces de algunos secretarios de gobierno que quieren participar en la contienda electoral, lo cual se oficializará pasando el informe del estado que guarda la administración estatal.

En este sentido, la ciudadanía, mientras tanto, espera que esta denuncia no sea una más de las muchas que se han hecho en el pasado, donde se ha cuestionado el papel de la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción, pese a las carpetas de investigación que ha abierto en relación al desfalco de la pasada administración.

Esteban Villegas ha lanzado el guante, y ahora, el reto es demostrar que en Durango, la justicia no es una promesa vacía, sino una realidad que comienza a construirse; por lo que los próximos días y meses serán cruciales para dar a conocer de manera precisa a los culpables con nombre y apellido.

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