La puesta en escena del PRI
Como si se tratara de una puesta en escena, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI inició con el proceso para la renovación de la dirigencia nacional. Esto luego de las modificación a los estatutos que hace unos días la Asamblea Nacional aprobó, y donde se concretó lo que ya todos sabíamos, el verdadero objetivo de todo es que Alejandro Moreno Cárdenas se presentara como candidato para reelegirse en el cargo hasta por ocho años más, es decir, dos periodos consecutivos de cuatro años cada uno.
Y es que “Alito” y sus más cercanos decidieron que la mejor ruta para el Revolucionario Institucional era la continuidad del campechano, más allá de los resultados y de que este instituto político fue de los principales promotores históricos de la no reelección, hoy sin importar la crítica implementaron un sistema que estuviera sustentado y avalado por los “aplaudidores” de la actual dirigencia para mantenerse en el cargo. Ya no hablemos de ciclos que deben cerrarse en política, ni mucho menos del impulso a nuevos cuadros, que le den al PRI otro rumbo, que conecte con los jóvenes y sobre todo, que produzca generaciones de políticos como anteriormente se hacía.
Credibilidad.
Esto desde luego le resta credibilidad a un dirigente que ha perdido prácticamente todo desde que está al frente de este partido, si bien muchos coincidimos que contra lo que representa electoralmente López Obrador y Morena, quien estuviera al frente sería lo mismo, pero es justo ahí donde debe caber la honestidad en ejercicio de la política, de saber retirarse en el momento oportuno, de que si se trata de ayudar lo mejor es impulsar a quienes traen nuevas ideas y visiones de la política social en el territorio, y no la que se ha acostumbrado hacer desde un escritorio. Moreno Cárdenas ya tuvo una extraordinaria oportunidad, y por lo que haya sido ésta se terminó.
Sus argumentos.
Argumenta que hay muchos “traidores” dentro del PRI, a quienes por cierto piensa expulsar, y son precisamente quienes se han opuesto a que se mantenga en el encargo por dos periodos más. Ha llegado incluso a la descalificación de quienes no están a favor de su reelección, pues considera que él no se ha bajado del “barco” ante la crisis que vive este instituto político, como “otros” ya lo hicieron, así lo ha comentado. El tema aquí es que más allá de lo que él piense o argumente, creo que la misma realidad lo irá absorbiendo conforme pasen las elecciones en nuestro país.
Acuerdo.
Hay quienes incluso pensamos que pudiera existir un acuerdo con Palacio Nacional para terminar de “liquidar” políticamente al PRI, de ahí su afán de mantenerse. Porque si hacemos memoria cuando Alejandro Moreno Cárdenas comenzó en la dirigencia, y atacó de manera auténtica la gestión de López Obrador, la forma en cómo lo silenciaron fue con la información que hizo pública Layda Sansores en su contra cuando fue gobernador de Campeche, y extrañamente “Alito” guardó silencio, y a partir de ese momento las supuestas denuncias se quedaron en “pausa”, no sabemos por qué.
Incluso uno de los elementos que terminó de destruir una posible alianza con Movimiento Ciudadano fue a consecuencia de unas declaraciones del líder priista. Y ¿a quién le convenía que el partido naranja se fuera de forma individual?, pues al propio Presidente, ya que podría representar un riesgo la elección para su candidata Claudia Sheinbaum. Es decir, si hace como pato y camina como pato…..
Malos Actores.
Incluso en esta puesta en escena es claro que son malos actores, pues en publicaciones que se hacen desde las redes sociales del PRI nacional, se supone que la presidenta interina, Graciela Ortiz, “platica” con las dos fórmulas registradas para la presidencia y la secretaría general, pero es más que evidente que los otros candidatos solo le están haciendo el “caldo gordo” a “Alito”. Pero hasta en eso son pésimos actuando o peor aún, jugando a ser “democráticos”.
