/ viernes 16 de agosto de 2024

La victoria pírrica de “Alito”

Lo que significa en política una victoria pírrica, le cayó como anillo al dedo al presidente nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas. Dicho triunfo para Alito, se puede definir de la siguiente manera: “obtenido con grave daño para el vencedor”. Sin duda, la reelección de Alito frente al Partido Revolucionario Institucional, significa muchas cosas para el otrora partido más poderoso de la historia de México y porque no decirlo, a nivel internacional. No olvidemos que los partidos políticos en el mundo nacen para tomar el poder y el PRI ya lo tenía cuando fue fundado en 1929.

En la reelección del polémico Alejandro Moreno Cárdenas, mucho tuvieron que ver la obediencia y sumisión de su actual militancia, que heredó de las pasadas generaciones priistas la cultura del silencio. Alito Moreno, no es por mucho, quien pueda salvar al PRI de su crisis actual y mucho menos, regresar en corto plazo a Palacio Nacional. Sin lugar a dudas, derivado del tsunami de 2018 no logró sobreponerse, las cúpulas no pudieron ver los mensajes que les mandaba a la sociedad en la historia reciente de México. Primero el movimiento estudiantil del 68, segundo la llamada corriente democrática que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo y la tercera, el tsunami de AMLO en 2018.

Como dijo el clásico: quienes no conocen la historia están condenados a repetirla. Hay una frase que se le atribuye al general Francisco Villa; “si nos vamos uno por uno, nos cuelgan del primer poste, pero si nos vamos juntos, nos salvamos”. Esto viene al caso, porque nos enteramos de que Alito Moreno ha excluido de la bancada del PRI a Manlio Fabio Beltrones. Alito está provocando al sonorense y a su grupo de interés al interior del PRI, si alguien conoce a ese partido y que sería de mucha utilidad en el senado de la República, se llama Manlio Fabio Beltrones. El exgobernador de Sonora, expresidente del PRI nacional, exdiputado local, exdiputado federal y exsenador de la República no pasará mucho tiempo en que le pueda cobrar la factura a Alito.

Los priistas de antemano saben que, con Alejandro Moreno Cárdenas, el partido de sus amores podría irse al fondo del abismo. Alito crítica el autoritarismo de Andrés Manuel López Obrador, pero lo practica al interior de su partido, habla de ausencia de democracia y dentro del PRI, la enterró a la hora de reelegirse. Moreno Cárdenas reformó los estatutos en contra de la voluntad de la mayoría priista, entre otras cosas, lo hizo por la siguiente razón: ser senador de la República por la vía plurinominal y así tener fuero como senador y evitar responder ante la justicia por su supuesto enriquecimiento ilícito y otras chuladas. Para eso utiliza al partido que fundó Plutarco Elías Calles y no para en su momento, regresar a la presidencia de la República.

¿Qué hará Alito en el PRI si solo cuenta con solo 400 consejeros incondicionales y sumisos que lo reeligieron? Alejandro Moreno Cárdenas no tiene calidad moral ni política, para hablarle de frente a los 5 millones y medio de ciudadanos y priistas que votaron por ese partido el pasado 2 de junio. Ante este panorama, da la impresión de que Alito tiene secuestrado al partido, pero además, se ha convertido en su dueño debido a que las consejeras y consejeros que lo reeligieron, se lo escrituraron. El PRI está obligado a verse en el espejo del PRD, de no hacerlo, estaría escribiendo la historia de perder su registro en un futuro cercano.


Lo que significa en política una victoria pírrica, le cayó como anillo al dedo al presidente nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas. Dicho triunfo para Alito, se puede definir de la siguiente manera: “obtenido con grave daño para el vencedor”. Sin duda, la reelección de Alito frente al Partido Revolucionario Institucional, significa muchas cosas para el otrora partido más poderoso de la historia de México y porque no decirlo, a nivel internacional. No olvidemos que los partidos políticos en el mundo nacen para tomar el poder y el PRI ya lo tenía cuando fue fundado en 1929.

En la reelección del polémico Alejandro Moreno Cárdenas, mucho tuvieron que ver la obediencia y sumisión de su actual militancia, que heredó de las pasadas generaciones priistas la cultura del silencio. Alito Moreno, no es por mucho, quien pueda salvar al PRI de su crisis actual y mucho menos, regresar en corto plazo a Palacio Nacional. Sin lugar a dudas, derivado del tsunami de 2018 no logró sobreponerse, las cúpulas no pudieron ver los mensajes que les mandaba a la sociedad en la historia reciente de México. Primero el movimiento estudiantil del 68, segundo la llamada corriente democrática que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo y la tercera, el tsunami de AMLO en 2018.

Como dijo el clásico: quienes no conocen la historia están condenados a repetirla. Hay una frase que se le atribuye al general Francisco Villa; “si nos vamos uno por uno, nos cuelgan del primer poste, pero si nos vamos juntos, nos salvamos”. Esto viene al caso, porque nos enteramos de que Alito Moreno ha excluido de la bancada del PRI a Manlio Fabio Beltrones. Alito está provocando al sonorense y a su grupo de interés al interior del PRI, si alguien conoce a ese partido y que sería de mucha utilidad en el senado de la República, se llama Manlio Fabio Beltrones. El exgobernador de Sonora, expresidente del PRI nacional, exdiputado local, exdiputado federal y exsenador de la República no pasará mucho tiempo en que le pueda cobrar la factura a Alito.

Los priistas de antemano saben que, con Alejandro Moreno Cárdenas, el partido de sus amores podría irse al fondo del abismo. Alito crítica el autoritarismo de Andrés Manuel López Obrador, pero lo practica al interior de su partido, habla de ausencia de democracia y dentro del PRI, la enterró a la hora de reelegirse. Moreno Cárdenas reformó los estatutos en contra de la voluntad de la mayoría priista, entre otras cosas, lo hizo por la siguiente razón: ser senador de la República por la vía plurinominal y así tener fuero como senador y evitar responder ante la justicia por su supuesto enriquecimiento ilícito y otras chuladas. Para eso utiliza al partido que fundó Plutarco Elías Calles y no para en su momento, regresar a la presidencia de la República.

¿Qué hará Alito en el PRI si solo cuenta con solo 400 consejeros incondicionales y sumisos que lo reeligieron? Alejandro Moreno Cárdenas no tiene calidad moral ni política, para hablarle de frente a los 5 millones y medio de ciudadanos y priistas que votaron por ese partido el pasado 2 de junio. Ante este panorama, da la impresión de que Alito tiene secuestrado al partido, pero además, se ha convertido en su dueño debido a que las consejeras y consejeros que lo reeligieron, se lo escrituraron. El PRI está obligado a verse en el espejo del PRD, de no hacerlo, estaría escribiendo la historia de perder su registro en un futuro cercano.