/ martes 12 de noviembre de 2024

Movimiento fallido en la UJED

Los movimientos sociales (entendida la locución en un sentido amplio) para tener éxito requieren fundamentalmente de dos condiciones: 1. Un soporte ideológico que le dé significado; y 2. Una base popular que le dé vida. Cuando no se tiene esto, los orquestadores tienden a hipotecarlo para no morir en el intento.

Es dable decir que la base ideológica es la adrenalina que detona los resortes de la base popular, es lo que los hace empujar, gritar y luchar, de ahí la importancia de construir la narrativa que logre conectar las pretensiones del líder con las aspiraciones de la base popular.

Si observamos con detenimiento el movimiento que hoy tiene secuestrado el edificio Central de la UJED, veremos que carece tanto de soporte ideológico como de base popular; la falta de aquel es la consecuencia de este. Veamos.

El señor Mier construye su narrativa sobre un discurso caduco, la autonomía universitaria hace mucho tiempo que dejo de encontrar asidero entre los universitarios; la historia dice que solo ha servido para beneficiar a un puñado de demagogos.

Como consecuencia, no tiene una base popular que empuje, grite y luche, a excepción de un puñado de alumnos y docentes, la toma del Central se ve desangelada, los docentes tiene que recurrir a sus alumnos para pedirles –por favor- que le den me gusta y compartan las publicaciones en redes sociales.

Ante tal escenario llegamos a la conclusión de la regla, el señor Mier ha recurrido a las huestes de Morena para salvar una candidatura que a estas alturas ya no encuentra sentido ni para él mismo.

O, ¿Qué espera lograr con la intervención de Morena en su movimiento?, ¿Qué la presidenta llame al CCB y les diga –de ser el caso- que le retiren el apoyo al otro candidato y se lo den a él?, ¿Qué le llame al rector y le diga que le entregue la rectoría?, ¿Qué le llame a la comisión electoral para que les diga que modifiquen los requisitos y pueda participar? Y regresamos al principio: ¿Y la autonomía que dice defender?

Los movimientos sociales (entendida la locución en un sentido amplio) para tener éxito requieren fundamentalmente de dos condiciones: 1. Un soporte ideológico que le dé significado; y 2. Una base popular que le dé vida. Cuando no se tiene esto, los orquestadores tienden a hipotecarlo para no morir en el intento.

Es dable decir que la base ideológica es la adrenalina que detona los resortes de la base popular, es lo que los hace empujar, gritar y luchar, de ahí la importancia de construir la narrativa que logre conectar las pretensiones del líder con las aspiraciones de la base popular.

Si observamos con detenimiento el movimiento que hoy tiene secuestrado el edificio Central de la UJED, veremos que carece tanto de soporte ideológico como de base popular; la falta de aquel es la consecuencia de este. Veamos.

El señor Mier construye su narrativa sobre un discurso caduco, la autonomía universitaria hace mucho tiempo que dejo de encontrar asidero entre los universitarios; la historia dice que solo ha servido para beneficiar a un puñado de demagogos.

Como consecuencia, no tiene una base popular que empuje, grite y luche, a excepción de un puñado de alumnos y docentes, la toma del Central se ve desangelada, los docentes tiene que recurrir a sus alumnos para pedirles –por favor- que le den me gusta y compartan las publicaciones en redes sociales.

Ante tal escenario llegamos a la conclusión de la regla, el señor Mier ha recurrido a las huestes de Morena para salvar una candidatura que a estas alturas ya no encuentra sentido ni para él mismo.

O, ¿Qué espera lograr con la intervención de Morena en su movimiento?, ¿Qué la presidenta llame al CCB y les diga –de ser el caso- que le retiren el apoyo al otro candidato y se lo den a él?, ¿Qué le llame al rector y le diga que le entregue la rectoría?, ¿Qué le llame a la comisión electoral para que les diga que modifiquen los requisitos y pueda participar? Y regresamos al principio: ¿Y la autonomía que dice defender?