Las expectativas que se hacen en el nearshoring, y las que se hicieron en los noventa sobre el neoliberalismo, se esgrimen con parecidos objetivos y conceptos, pero con diferentes palabras, son tautologías. El neoliberalismo tuvo causas diversas al nearshoring, pero ambas aplicados a los beneficios del capital financiero internacional.
Milton Friedman, Frederick Von Hayek al frente de los economistas antagónicos a la intervención del Estado, los famosos Chicagos Boys, encontraron en la demolición de la URRS la oportunidad del imponer el neoliberalismo a los países subdesarrollados. Importante subrayar los límites del modelo, porque algunosa firman que el modelo era mundial, y no fue así.
A través del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional se sometió América Latina y Sudáfrica. Las reglas de capitalismo industrial, comercial y financiero en países desarrollados -los 32 de la OCDE- no cambiaron en nada; mercado regulado, política fiscal distributiva, controles al capital financiero y la regulación estricta de la competencia económica, y antimonopólica que en México asustaría a los monopolios.
La inflación con devaluaciones y la creciente deuda externa de los subdesarrollados, se les impuso el neoliberalismo con tres parámetros 1.- equilibrio de cuentas al exterior 2.- equilibrio fiscal y 3.- estabilidad cambiaria de precios. Con menor o mayor sometimiento se abrieron las fronteras al comercio y se privatizaron empresas públicas.
Bajo esas condiciones se abrió el comercio exterior, a contrario sensu más deuda pública, inversiones foráneas y maquiladoras. Competir con los fuertes se dijo, no haría crecer e industrializarnos. Salinas aprovechó para regalar las empresas paraestatales, no todas eran ineficientes, la banca la regresó a particulares y éstos la revendieron al exterior, con excepción de Banorte.
Si con el neoliberalismo se argumentaba que creceríamos eliminando el mercado cautivo a manos de productores nacionales sin iniciativa, con el nuevo modelo nos convertimos en una maquiladora de los EE. UU, Canadá y asiáticos. Se escuchaba a políticos y empresarios decir que el mercado era todo y que ya sin el socialismo el Estado saldría de escena.
Personajes de buena fe, pero equivocados, defendían el retiro del Estado, que casi desaparecer las fronteras para recibir capitales antes de que se fueran a los recién países liberado de la URSS. Se privatizaron las paraestatales, y se intentó privatizar a la CFE y el INFONAVIT, no pidieron el IMSS por no verlo buen negocio. En electricidad ya no insistieron cuando en EE.UU. se castigó el acuerdo secreto de la General Electric y la ENRON para manejar las tarifas en perjuicio del usuario, ante la fuerte intervención del gobierno y la penalización se olvidaron de la CFE.
Ayer el discurso de ser modernos y competitivos, nos hizo más pobres, dependientes y desiguales. Ahora con los grandes bloques económicos y sus órbitas de influencia de China y Norteamérica surge el proteccionismo que en parte aplicó D. Trump a China y que auspiciaron nacionalismo por proteccionismo por la guerra que empieza. Ahora es el nearshoring con transferencia de empresas “relocalización” o avecindar empresas extranjeras al consumo de los EE: UU, y aprovechar los conflictos con China o imitar su estrategia.Falta esperar la respuesta de los chinos.
López Obrador no habla del nearshoring, lo percibe otro lazo de la dependencia. No se habla de producción nacional con impulso tecnológico propio (que no hay), no se piensa en protección laboral estricta ni reparto justo en salarios en comparación con los vecinos.
Joe Biden le pide a la industria automotriz en huelga, que repartan las ganancias que han obtenido. Igual que con el neoliberalismo se imploran inversiones al precio que sea, sólo se piden empleos, no importa del desarrollo social que es económico y cultural. Es seguro que no asimilaremos tecnología y no mejoraremos productividad, se beneficiarán los de ayer, el norte de México ya maquilador, y ahondara la desigual de los dos Méxicos, el pobre y el rico, norte y el sur.
DATO
No se habla de producción nacional con impulso tecnológico propio, no se piensa en protección laboral ni reparto justo en salarios en comparación con los vecinos.