Afirma Karel Kosik, en su Dialéctica de lo Concreto, que la cotidianidad se revela como la noche de la desatención, de lo mecánico y del instinto, de lo conocido. claroscuros en apariencias o manifestaciones de algo, proporcionan la comprensión y descripción de hechos reales, sólo a medias, lo que oculta la realidad.
Tal aspecto y factor de nuestra idiosincrasia e imaginario colectivo no es tan sencillo como lo menciono, cuestión de abundar en el tema en otra ocasión. Se dan hechos que merecen más atención de gobierno y sociedad, discutirse, lo instantáneo de la información en globalidad lo aconsejan. La comunicación social a cargo del gobierno no existe.
El régimen político y sus medidas de austeridad no significan una reforma o “transformación”, los ataques a la Suprema Corte no trascenderán, pero sus inequitativos sueldos y prestaciones son indefendibles. López Obrador dirige los denuestos a sus funcionarios, no plantea una reforma judicial, se critica a los ministros y magistrados de laxos con criminales acordándoles recursos favorables.
El presidente deja de lado al Ministerio Público, que depende de él, aunque en teoría sea autónomo. Sus agentes investigadores no fundamentan sus acusaciones y es fácil comprobar que en muchos casos se hacen apropósito para que los delincuentes y sus abogados tengan requisitos por alegar en el tribunal y ganen sus juicios.
A los ministros no se les pide protagonismo con oratoria y disquisiciones, menos que se envuelvan en las togas y birretes, muestran más circunspección por el cargo que por entereza y templanza de hacer justicia. En un ambiente de dimes y diretes desde Palacio Nacional con el que debaten los conflictos nacionales, no se han tomado la molesta de explicar el origen o tradición de sus altos ingresos. No escaparon los ministros al lenguaje simple y claridoso del presidente con objetivos efectistas programados. El añadido de proponer que el “pueblo” elija a los ministros es una ocurrencia que no tiene sustento en una sociedad sin vocación democrática en espacios sociales. Idea tan desnuda no la pensaron Pericles, 429 A.C. en la democracia ateniense ni J.J. Rousseau contemporáneo de la revolución industrial.
Pasan hechos desapercibidos por la sociedad, tarde nos aplicamos en algunos episodios generando una tragedia de equivocaciones, a veces triunfos parciales, se proyectan unas cosas y se ejecutan otras.Nunca había sido tan volátil la memoria social en el país, si la represión al movimiento estudiantil del 68 nos parecía olvidarse en la historia contemporánea, sucedió más rápido con el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional(EZLN) y su desafío a la fuerza del gobierno levantándose en armas comunidades indígenas del sur de México.
Hoy sucede con los jóvenes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa. Se ha documentado que en los dos acontecimientos el gobierno aprovechando el individualismo y el desinterés social, permea y abruma con demasiada publicidad en los hechos para generar rechazo por de tanta difusión y bombardeo mediático. La publicidad en general difunde que es mucho más importante la familia que la patria, refuerza que el individualismo mexicano no secubra de corteza social, dificultándole armonía y solidaridad con sus semejantes.
El autor de la tesis es el sociólogo y antropólogo, Jorge Carrión, que en su libro Mito y Magia del Mexicano, afirma que esto produce sentido de inminencia, que el mexicano no vive la necesidad de hacer hoy lo que puede hacer mañana, que no piensa en el tercer día. Razones y motivos que son herencia cultural, con atavismos, reminiscencias, mitos y tradiciones siempre a tiempo de investigarse.
DATO 02
López Obrador no plantea una reforma judicial, se critica a los ministros y magistrados de laxos con criminales acordándoles recursos favorables.
El añadido de proponer que el “pueblo” elija a los ministros es una ocurrencia que no tiene sustento en una sociedad sin vocación democrática en espacios sociales.
