“La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo”.- Eduardo Galeano.
Normalistas de Tenería en el Estado de México se robaron 92 autobuses y secuestran a 92 choferes de diversas líneas; para protestar el pasado 2 de octubre y tomar casetas en distintos puntos del estado, mismos que han tenido en las instalaciones de su escuela.
Señalan, que el pasado domingo se realizó un crimen; y que, como es costumbre, pagan justos por pecadores. Los propietarios de los camiones, indudablemente que están padeciendo del robo de sus unidades y que, aunque saben quiénes fueron y en donde se encuentran sus vehículos, los normalistas, autores de los delitos, saben que no es posible meterse con ellos y que es la forma de presionar a la autoridad para conseguir todos sus caprichos.
Por su parte los choferes secuestrados, quienes a su vez pueden sufrir el síndrome de Estocolmo debido a los buenos tratos y detalles de los normalistas, de cualquier manera cumplen con desestabilizar a sus familias y sus lugares de trabajo.
El titular de la Cámara Nacional de Transporte del Autotransporte, Pasaje y Turismo, Odilón López Nava, señala que a pesar de las denuncias que se han presentado, las pérdidas sufridas en lo que va del año son cuantiosas, pues en este año ascienden a más de 300 secuestros de autobuses, por lo que se está analizando solicitar la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Desde el pasado miércoles, se ha manejado la noticia que los normalistas accedían a liberar a los 92 choferes y también 92 autobuses de pasajeros que tienen en su poder, pues en los acuerdos que se obtuvieron con el subsecretario de Gobierno Ricardo Peralta Saucedo, además de con la SEP, los normalistas se comprometieron en liberar inmediatamente a las 92 personas secuestradas y los autobuses que robaron, y también liberar las casetas de peaje.
Se obtuvo un compromiso por parte del gobierno de, a más tardar el 15 del presente mes, se les realizaría un pago a los docentes frente a grupo, por el mes de septiembre y la primera quincena del mes en curso, además de la obtención de 84 plazas a egresados de su escuela normal, con diálogos de trabajo mensual con la Segob y el Gobierno del Estado de México, para la prioridad a ellos, en los acuerdos que se lograron.
Resulta evidente la impunidad con la que se conducen la mayoría de quienes desean llevar a cabo la obtención de sus caprichos, y que, desde menor escala, hasta robos y secuestros, como lo realizado por los normalistas de Tenería, la respuesta de las autoridades es “no caer en provocaciones”.
Algo se escuchó por parte del ejecutivo federal en el sentido de que se analizarían las infracciones cometidas. Pues si al robo de los camiones y secuestro de choferes se les señala como infracciones, no hay sentido para que otros actos, que pudieran derivarse en equivocaciones, se les señale como delitos y se equiparen a delincuencia organizada.
Pero cabe analizar que lo realizado por los normalistas de Tenería sí es un delito consistente en el robo de los autobuses y el secuestro de los choferes, quienes además con la realización de esos delitos, extorsionaron (que es otro delito) a los gobiernos estatal y federal para el logro de varios caprichos y sus 84 plazas a egresados de la generación 2015-2019 de la Normal de Tenería. “Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”, señaló Mahatma Gandhi.
Además, la extorsión es un delito pluriofensivo, pues ataca a varios bienes jurídicos como son la propiedad, la integridad física y la libertad, pero es prueba de que en nuestro país murió la democracia, pero en su lugar se encuentra la oclocracia, en donde la muchedumbre realiza siempre sus objetivos por la fuerza y la violencia, con razón o sin ella.
Atendiendo a lo señalado por Sófocles: “Un Estado donde queden impunes la insolencia y la libertad de hacerlo todo, termina por hundirse en el abismo”, en nuestro país, cada día avizoramos más de cerca el fondo del precipicio.
Ya sabemos que, uniéndose para perturbar la paz, aunque se cometan los delitos que sean, se obtienen todos los caprichos deseados; la CNTE sus plazas, los taxistas sus 300 millones, los vándalos impunidad, huachicoleros salarios como de profesionistas, los normalistas con sus plazas, etc., pero como los niños que padecen cáncer no se pueden juntar y causar problemas, o las madres trabajadoras, o los médicos residentes, a esos no se les hace caso.
Vemos las entrevistas de los choferes secuestrados que son víctimas y no quieren dar la cara, por miedo y, considero a las represalias de las autoridades, pero los secuestradores que cometieron flagrantes delitos fueron premiados.
Usted estimado lector, ¿estaría de acuerdo en que alguno de sus hijos recibiera la educación de alguno de los egresados de esas escuelas normales, en donde, el logro de sus caprichos ha sido con base a manifestaciones, golpes, robos, secuestros y demás?
Así como la violencia engendra violencia, esta cincela el alma y provoca una cadena de dolor que ya tiene al país en grito.