/ martes 3 de septiembre de 2024

Proyecto Harris

Kamala Harris ha revolucionado las previsiones sobre el escenario político de Estados Unidos. De tener encuestas que favorecían al expresidente Donald Trump hasta en un 3% sobre el Presidente Joe Biden, la hoy Vicepresidenta lleva la delantera en varios sondeos.

De acuerdo con las proyecciones de The Economist, la candidata demócrata registra el 48.1% en las intenciones de voto, poco más de tres puntos porcentuales sobre el candidato republicano quien registra un 45%. Ello se debe a que buena parte de los votantes, entre ellos trabajadores, empresarios, así como inversionistas, muestran tener una mayor confianza en el proyecto de ésta que en lo que propone el aspirante contrincante. De ahí que desde el 21 de julio hasta este mes la posible presidenta haya recaudado $540 millones de dólares. La carrera presidencial es más cambiante de lo que se esperaba.

Primeramente, se debe recalcar los factores a nivel doméstico que influyen en las preferencias electorales. Aunque la gestión de Kamala Harris como Vicepresidenta no ha sido caracterizada por logros significativos, sino por la neutralidad ejercida en su puesto, el plan de gobierno que ahora presenta llama la atención al electorado. En medio del fenómeno inflacionario, las restricciones a los derechos reproductivos, el incremento de la deuda nacional, así como la desaceleración económica, la candidata debe dirigir sus propuestas en torno a la resolución de estas cuestiones. Por lo que buena parte de la confianza que se comienza a trasladar hacia el proyecto Harris se debe a su objetivo de reducir los impuestos a la clase media. Esto compensado con el incremento de obligaciones fiscales a los grandes corporativos y a estadounidenses con altos niveles de riqueza.

Aunado a esto, gracias al enfoque de ayuda social que contempla el proyecto Harris, una de las grandes promesas es la construcción de 3 millones de viviendas en suprimer mandato. Una propuesta que, en medio de la desaceleración económica, así como en el alza del coste de vida, llama la atención a los votantes jóvenes ya que de acuerdo con las declaraciones de la candidata serían acreedores a apoyos económicos para la compra de su primera vivienda. Algo que los republicanos, así como su candidato presidencial, cuestionan debido a la escalada inflacionaria y el dilema que representa la posible disminución de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre.

Aunque es explicable que la posibilidad de hacerse de un patrimonio, en medio de un escenario económico global complejo, influya en las preferencias electorales entre los votantes de 18 a 29 años.

Sobre esta línea, cabe recalcar la importancia que tiene el electorado joven en el desenlace de la campaña de Harris. Uno de los pilares más fuertes que sostienen este proyecto es la defensa a los derechos reproductivos, una causa social que ha sido peleada dada su anulación en 2022 por la Suprema Corte. La restauración de las libertades sobre la sexualidad, así como la reproducción, ha fungido como una de las bases en las cuales se apoya la propuesta demócrata. Por ello, ua de las promesas de la candidata es el restablecimiento de la resolución Roe V. Wade que garantiza el derecho al aborto. Algo que marca la diferencia entre ésta y el candidato republicano dentro de los votantes de las edades ya mencionadas y que, evidentemente, le confiere una ventaja significativa a la primera.

Asimismo, esas son las principales propuestas en materia socioeconómica, estando siempre sujetas a las deliberaciones del Congreso ya que, así como se elegirá al titular del Ejecutivo, las Cámaras Baja y Alta también renovaran sus 435 y 100 escaños, respectivamente. Por lo que es importante subrayar que, de no tener la mayoría por lo menos en el Senado, las propuestas de Kamala se verán sumergidas en negociaciones más complejas con concesiones importantes para los republicanos de por medio. Éstas últimas encaminadas a cuestiones como: Mayores recursos a la protección de la frontera, endurecimiento de políticas migratorias, medidas comerciales más proteccionistas (susceptibles a vulnerar tratados con países estratégicos como México), así como la obstaculización de los paquetes de ayuda militar a sus socios en el exterior. De tener a legisladores que difieran significativamente con el Proyecto Harris, el margen de acción de la Presidenta será limitado.

Por último, es válido también señalar que otra parte del electorado votará por Kamala Harris únicamente para frenar el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Esto debido a su edad (un factor que se revirtió luego de la declinación del Presidente Joe

Biden), medidas económicas, así como a la política exterior que promueve, ya que las últimas dos contemplan propuestas controversiales para inversores y socios en el exterior.

De manera que el plan que la candidata Kamala Harris promociona, impulsado por su compañero de fórmula Tim Walz que amplía la oportunidad para negociar con republicanos, brinda un escenario más certero en el panorama económico. Mientras, quedará ver el desempeño de ambos candidatos en el primer debate que se llevará a cabo el 10 de septiembre que, sin duda, influirá en las tendencias electorales ya sea a favor o en contra del proyecto Harris.

Kamala Harris ha revolucionado las previsiones sobre el escenario político de Estados Unidos. De tener encuestas que favorecían al expresidente Donald Trump hasta en un 3% sobre el Presidente Joe Biden, la hoy Vicepresidenta lleva la delantera en varios sondeos.

De acuerdo con las proyecciones de The Economist, la candidata demócrata registra el 48.1% en las intenciones de voto, poco más de tres puntos porcentuales sobre el candidato republicano quien registra un 45%. Ello se debe a que buena parte de los votantes, entre ellos trabajadores, empresarios, así como inversionistas, muestran tener una mayor confianza en el proyecto de ésta que en lo que propone el aspirante contrincante. De ahí que desde el 21 de julio hasta este mes la posible presidenta haya recaudado $540 millones de dólares. La carrera presidencial es más cambiante de lo que se esperaba.

Primeramente, se debe recalcar los factores a nivel doméstico que influyen en las preferencias electorales. Aunque la gestión de Kamala Harris como Vicepresidenta no ha sido caracterizada por logros significativos, sino por la neutralidad ejercida en su puesto, el plan de gobierno que ahora presenta llama la atención al electorado. En medio del fenómeno inflacionario, las restricciones a los derechos reproductivos, el incremento de la deuda nacional, así como la desaceleración económica, la candidata debe dirigir sus propuestas en torno a la resolución de estas cuestiones. Por lo que buena parte de la confianza que se comienza a trasladar hacia el proyecto Harris se debe a su objetivo de reducir los impuestos a la clase media. Esto compensado con el incremento de obligaciones fiscales a los grandes corporativos y a estadounidenses con altos niveles de riqueza.

Aunado a esto, gracias al enfoque de ayuda social que contempla el proyecto Harris, una de las grandes promesas es la construcción de 3 millones de viviendas en suprimer mandato. Una propuesta que, en medio de la desaceleración económica, así como en el alza del coste de vida, llama la atención a los votantes jóvenes ya que de acuerdo con las declaraciones de la candidata serían acreedores a apoyos económicos para la compra de su primera vivienda. Algo que los republicanos, así como su candidato presidencial, cuestionan debido a la escalada inflacionaria y el dilema que representa la posible disminución de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal en septiembre.

Aunque es explicable que la posibilidad de hacerse de un patrimonio, en medio de un escenario económico global complejo, influya en las preferencias electorales entre los votantes de 18 a 29 años.

Sobre esta línea, cabe recalcar la importancia que tiene el electorado joven en el desenlace de la campaña de Harris. Uno de los pilares más fuertes que sostienen este proyecto es la defensa a los derechos reproductivos, una causa social que ha sido peleada dada su anulación en 2022 por la Suprema Corte. La restauración de las libertades sobre la sexualidad, así como la reproducción, ha fungido como una de las bases en las cuales se apoya la propuesta demócrata. Por ello, ua de las promesas de la candidata es el restablecimiento de la resolución Roe V. Wade que garantiza el derecho al aborto. Algo que marca la diferencia entre ésta y el candidato republicano dentro de los votantes de las edades ya mencionadas y que, evidentemente, le confiere una ventaja significativa a la primera.

Asimismo, esas son las principales propuestas en materia socioeconómica, estando siempre sujetas a las deliberaciones del Congreso ya que, así como se elegirá al titular del Ejecutivo, las Cámaras Baja y Alta también renovaran sus 435 y 100 escaños, respectivamente. Por lo que es importante subrayar que, de no tener la mayoría por lo menos en el Senado, las propuestas de Kamala se verán sumergidas en negociaciones más complejas con concesiones importantes para los republicanos de por medio. Éstas últimas encaminadas a cuestiones como: Mayores recursos a la protección de la frontera, endurecimiento de políticas migratorias, medidas comerciales más proteccionistas (susceptibles a vulnerar tratados con países estratégicos como México), así como la obstaculización de los paquetes de ayuda militar a sus socios en el exterior. De tener a legisladores que difieran significativamente con el Proyecto Harris, el margen de acción de la Presidenta será limitado.

Por último, es válido también señalar que otra parte del electorado votará por Kamala Harris únicamente para frenar el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca. Esto debido a su edad (un factor que se revirtió luego de la declinación del Presidente Joe

Biden), medidas económicas, así como a la política exterior que promueve, ya que las últimas dos contemplan propuestas controversiales para inversores y socios en el exterior.

De manera que el plan que la candidata Kamala Harris promociona, impulsado por su compañero de fórmula Tim Walz que amplía la oportunidad para negociar con republicanos, brinda un escenario más certero en el panorama económico. Mientras, quedará ver el desempeño de ambos candidatos en el primer debate que se llevará a cabo el 10 de septiembre que, sin duda, influirá en las tendencias electorales ya sea a favor o en contra del proyecto Harris.