/ viernes 8 de noviembre de 2024

Psicología actual

Dosis de vida a los 50 años


Existen etapas de nuestra vida donde nuestros rasgos de personalidad son inestables y no sabemos cómo lidiar con ellos, sólo los presenciamos en el momento de nuestras elecciones de vida por más simples que sean y a través de los cambios en tiempo y en rutinas de vida es cuando entra en desafío nuestra estabilidad mental.

Desde la infancia hasta la tercera edad mostramos emociones negativas y positivas así como pensamientos en esa dualidad, y entra nuestro sistema de inteligencia emocional, muchos de los que estudiamos la mente y seguimos entendiendo el porqué del actuar que tenemos, hemos estado concluyendo científicamente y con investigaciones psicológicas que lo mejor de nuestra vida comienza a los 50. A partir de esa edad, las personas experimentamos una reacción negativa menor a los factores estresantes diarios. En este momento de la vida, según varios estudios en todo el mundo mental es cuando muchos de nosotros empezamos un inicio nuevo en donde lo que sembramos en nuestra juventud empieza a darnos frutos. Y además, presentamos una combinación única de experiencia y sabiduría.

La experiencia y sabiduría mental a esta edad es producto de todas las situaciones personales, profesionales, laborales, sociales, entre otras, lo que permitió aprender y seguir avanzando aunque se hayan cometido errores graves porque todo ello nos irá advirtiendo en la toma de decisiones, y serán más acertadas y si se nos es pedido el consejo habrá capacidad de darlo.

Psicológicamente donde más oportunidad tenemos de conformarnos la estabilidad emocional es en esta edad, presentamos mayor capacidad para manejar el estrés y las emociones difíciles, el paso del tiempo nos permite identificar nuestras emociones y hacer elecciones más determinantes, en esta edad muchos de nosotros tenemos ya tiempo libre para nuestros propios intereses, y tenemos una línea más estable de seguridad financiera, es decir, trabajo establecido y una rutina concreta en ello, además de que empezamos a tener más conscientes de nuestra salud y bienestar.

En esta etapa de nuestra vida priorizamos más la actividad física, la alimentación saludable y otras prácticas de autocuidado. Nos mantenemos más alertas de mejorar nuestra calidad de vida y tenemos mayor atención a prevenir enfermedades y promover un envejecimiento activo. Buscamos establecer relaciones transparentes, genuinas aunque sea algo complicado de obtener. Se vive con mayor plenitud por decisión propia, por ese acto consciente de todo lo anterior vivido y que nos cuestiona a nosotros mismos que el objetivo de vida no sólo es vivirla sino empezar a elegir la calidad, la satisfacción, la mirada social ya no es tan importante como la llevamos en la adolescencia o primeros años de juventud, y empezamos a tener esa “responsabilidad afectiva”.

Cuando somos responsables afectivamente con nosotros mismos, podemos serlo con los demás, si no trabajamos en nuestras heridas, andaremos por la vida rompiendo personas, se sabe que nadie es perfecto, todos hemos sido tóxicos con alguien de manera involuntaria. Hay que trabajar mucho con uno mismo para llegar a los 50 como hemos descrito a lo largo de este artículo.

Lo cierto es que cada edad implica una forma de comprender y vivir afectivamente, buscamos la madurez, dejarse de prejuicios y buscar disfrutar lo que se tiene sin trabas de vidas elegidas por alguien más. En nuestra laborpsicopedagógica nuestra visión mental a los 50 nos da un currículum alto en haber vivido experiencias variadas desde decepciones, pérdidas, frustraciones pero también experiencias enriquecedoras que han evitado que caigamos en ciclos de amargura mental. Entrenar nuestras habilidades psicoemocionales deben de comenzar a la edad que empecemos a generar conciencia de nosotros mismos para empezar a autoentendernos y poner en práctica la colección de emociones que vamos experimentando en las diversas situaciones de vida y lleguemos a los 50 años que nuestros estudios e investigaciones psicológicas nos muestran, el camino es de mucho trabajo de mente, mantenla abierta y emplea la asertividad, pon tus límites y actívate en vivir para mejorar, vivir con salud mental.

Dosis de vida a los 50 años


Existen etapas de nuestra vida donde nuestros rasgos de personalidad son inestables y no sabemos cómo lidiar con ellos, sólo los presenciamos en el momento de nuestras elecciones de vida por más simples que sean y a través de los cambios en tiempo y en rutinas de vida es cuando entra en desafío nuestra estabilidad mental.

Desde la infancia hasta la tercera edad mostramos emociones negativas y positivas así como pensamientos en esa dualidad, y entra nuestro sistema de inteligencia emocional, muchos de los que estudiamos la mente y seguimos entendiendo el porqué del actuar que tenemos, hemos estado concluyendo científicamente y con investigaciones psicológicas que lo mejor de nuestra vida comienza a los 50. A partir de esa edad, las personas experimentamos una reacción negativa menor a los factores estresantes diarios. En este momento de la vida, según varios estudios en todo el mundo mental es cuando muchos de nosotros empezamos un inicio nuevo en donde lo que sembramos en nuestra juventud empieza a darnos frutos. Y además, presentamos una combinación única de experiencia y sabiduría.

La experiencia y sabiduría mental a esta edad es producto de todas las situaciones personales, profesionales, laborales, sociales, entre otras, lo que permitió aprender y seguir avanzando aunque se hayan cometido errores graves porque todo ello nos irá advirtiendo en la toma de decisiones, y serán más acertadas y si se nos es pedido el consejo habrá capacidad de darlo.

Psicológicamente donde más oportunidad tenemos de conformarnos la estabilidad emocional es en esta edad, presentamos mayor capacidad para manejar el estrés y las emociones difíciles, el paso del tiempo nos permite identificar nuestras emociones y hacer elecciones más determinantes, en esta edad muchos de nosotros tenemos ya tiempo libre para nuestros propios intereses, y tenemos una línea más estable de seguridad financiera, es decir, trabajo establecido y una rutina concreta en ello, además de que empezamos a tener más conscientes de nuestra salud y bienestar.

En esta etapa de nuestra vida priorizamos más la actividad física, la alimentación saludable y otras prácticas de autocuidado. Nos mantenemos más alertas de mejorar nuestra calidad de vida y tenemos mayor atención a prevenir enfermedades y promover un envejecimiento activo. Buscamos establecer relaciones transparentes, genuinas aunque sea algo complicado de obtener. Se vive con mayor plenitud por decisión propia, por ese acto consciente de todo lo anterior vivido y que nos cuestiona a nosotros mismos que el objetivo de vida no sólo es vivirla sino empezar a elegir la calidad, la satisfacción, la mirada social ya no es tan importante como la llevamos en la adolescencia o primeros años de juventud, y empezamos a tener esa “responsabilidad afectiva”.

Cuando somos responsables afectivamente con nosotros mismos, podemos serlo con los demás, si no trabajamos en nuestras heridas, andaremos por la vida rompiendo personas, se sabe que nadie es perfecto, todos hemos sido tóxicos con alguien de manera involuntaria. Hay que trabajar mucho con uno mismo para llegar a los 50 como hemos descrito a lo largo de este artículo.

Lo cierto es que cada edad implica una forma de comprender y vivir afectivamente, buscamos la madurez, dejarse de prejuicios y buscar disfrutar lo que se tiene sin trabas de vidas elegidas por alguien más. En nuestra laborpsicopedagógica nuestra visión mental a los 50 nos da un currículum alto en haber vivido experiencias variadas desde decepciones, pérdidas, frustraciones pero también experiencias enriquecedoras que han evitado que caigamos en ciclos de amargura mental. Entrenar nuestras habilidades psicoemocionales deben de comenzar a la edad que empecemos a generar conciencia de nosotros mismos para empezar a autoentendernos y poner en práctica la colección de emociones que vamos experimentando en las diversas situaciones de vida y lleguemos a los 50 años que nuestros estudios e investigaciones psicológicas nos muestran, el camino es de mucho trabajo de mente, mantenla abierta y emplea la asertividad, pon tus límites y actívate en vivir para mejorar, vivir con salud mental.

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