/ viernes 22 de noviembre de 2024

Psicología actual

Dosis de vida para cultivar la mente de tu hijo


Hemos tenido probablemente días donde no nos salvamos de falta de horas de sueño, encontrar plastilina o alimentos desordenados en casa, contamos los minutos para que se duerman, rabietas en la calle o lugares de comercio, a cómo dé lugar queremos educar a nuestros hijos, si nuestros hijos, a los cuales pretendemos que puedan ser felices, independientes y que les vaya bien.

Empecemos por convertir la experiencia de educar a nuestros hijos en una oportunidad cerebral que afine su carácter y sus aptitudes para relacionarse. Algo que muchos de nosotros hemos notado es que en alguna ocasión nuestros hijos o incluso nietos se quejan de algo que hablan que pareciera no tener lógica, y pensamos que ya tiene una edad para ser racional y controlarse, pero de pronto se altera por algo absurdo, y parece que por mucho que hagamos no entra en razón y no hay nada que hacer.

Basándonos en nuestro conocimiento sobre el cerebro del niño, el hablar racionalmente o con lógica a ellos, no nos va llevar a nada, al contrario más se obstinará en repetir lo que sigue diciendo o gritando, entonces, ¿qué debemos hacer? La técnica conectar y redirigir. Conectamos físicamente con él (una toma de brazo, frotamos su espalda y usamos un tono calmo y hasta algo maternal/paternal/abuelos y agregamos: entiendo eso que dices pero siempre eres importante para mí sólo que no se puede esto…y agrega una muestra de afecto. Usted observará que el niño deja de estar en ese oleaje emocional que busca una gran atención y dejará de repetir una y otra vez esas conductas.

Si, por el contrario nos mostramos rígidos y sin afecto ni empatía con nuestros hijos más se va alterar y nosotros con ellos, esta técnica es primero ayudar a nuestros hijos a sentirse sentidos antes de usar la lógica con ellos, recordemos que en el mundo adulto resolvemos con lógica y palabras y el niño aún está en esa asimilación de normas y disciplina.

El niño necesita interiorizar lo bueno y lo malo de sus actos a través de quienes están con ellos, y necesitamos que desarrollen sus niveles de comunicación, para ello, motívalo a contar su historia del día, cómo te fue en la escuela, que hable de los problemas si es que los ha tenido en la escuela, del compañero que le cae mal, el amigo, amiga, entre otros, esta otra técnica los ayudará a trabajar la atención y memoria, y concentraremos que aprenda a recordar y a reflexionar más en sus emociones y acciones, así no generamos que en el proceso de su adolescencia se quede atascado en el aro, es una frase que usamos en psicoterapia donde lo atribuimos a la rueda de la conciencia y estos atasques generan angustia y niveles altos de autocrítica (negatividad), nuestra finalidad es hacer que nuestros hijos no sólo sobrevivan al mundo social sino progresen.

Lo que muchos adultos hemos olvidado es que los sentimientos vienen y se van, algo que desde niños no pudimos comprender y quedamos atascados en estos niveles de aro, por lo que a nuestros hijos hay que apoyarlos en comprender que los sentimientos son pasajeros; científicamente una emoción nos dura unos noventa segundos y se va neuropsicológicamente hablando, así que entre más entiendan que los sentimientos son pasajeros, menos atascados estarán en el aro y más podría vivir y tomar mejores decisiones a futuro.

Y el objetivo más importante en nuestros niños y quizá el más complicado es crear modelos mentales positivos, hoy en día nos los llevan mucho al psicólogo y muchos de ellos refieren desde tempranas edades estar en atenciones psicológicas pero sería más fácil que nosotros padres supiéramos que podemos iniciar nuestra propia psicología e iniciar con todo lo anterior y llegar al punto de instalar en ellos modelos mentales positivos.

Cuando los niños pasan mucho tiempo con las personas más destacadas en su vida, adquieren importantes aptitudes relacionales como comunicarse y escuchar con atención, interpretan expresiones faciales, comprenden lo que no se dice, comparten y también se sacrifican. Y en las relaciones de los otros, comprueban si es posible confiar en los demás, si recibimos una crianza así entramos en ese circuito emocional y relacional del cerebro positivo, y sólo habrá que seguirlo equipando.

Por supuesto, los niños necesitan una estructura, límites y asumir responsabilidades de sus conductas, pero ni siquiera cuando imponemos nuestra autoridad debemos dejar de divertirnos con ellos, podemos jugar, contar chistes, hacer el tonto, cuánto más disfruten estar con nosotros más valoraran su familia y más repetirán lo positivo en ellos, aplícalo y me cuentas, vivir para mejorar, vivir con salud mental.

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