Movimiento Ciudadano (MC) se encuentra ante un panorama político desafiante en Durango; sin duda ha logrado avances significativos, pero enfrenta retos monumentales de cara a las elecciones de 2025. En la capital del estado, su presencia es visible con cuatro regidores, un diputado local y una alcaldía que en los últimos días cambió la camiseta naranja por la de Morena; lo que demuestra que su mensaje ha encontrado eco en ciertos sectores de la población.
El reto de extender su influencia más allá de la capital es mayúsculo. Durango es un estado caracterizado por su dispersión territorial y una población predominantemente rural, donde los partidos tradicionales como el PRI y el PAN han dominado históricamente; sin embargo, en los últimos años Morena también ha sido parte de ello.
Para MC, la clave estará en construir liderazgos locales fuertes que puedan conectar con las necesidades específicas de cada región.
El caso de Salvador Carrasco en San Pedro del Gallo bajo las siglas de MC, es un ejemplo interesante. Su elección como presidente municipal marcó un precedente para Movimiento Ciudadano en el estado. Sin embargo, la pregunta es si podrá traducir ese éxito en un modelo replicable en otros municipios, especialmente en aquellos donde el partido aún no cuenta con una estructura sólida.
Por otra parte, el desafío del partido naranja no solo está en el terreno electoral, sino también en su narrativa. La estrategia nacional del partido ha sido posicionarse como una alternativa a los partidos tradicionales, con un enfoque en la transparencia, la innovación y la participación ciudadana. No obstante, en Durango, deberá demostrar que esa narrativa puede traducirse en resultados tangibles para las comunidades más alejadas y vulnerables.
La competencia en la entidad también será un factor determinante. Morena, con su maquinaria política fortalecida, buscará arrasar en las elecciones municipales, mientras que el PRI y el PAN, a través de alianzas estratégicas, intentarán conservar sus bastiones históricos. En este contexto, MC corre el riesgo de ser percibido como un actor secundario, lo que dificultará su capacidad de atraer perfiles competitivos.
La apuesta de MC por tener candidatos en los 39 municipios implica un esfuerzo de recursos humanos y financieros que podría ser desgastante. Si bien el partido cuenta con figuras reconocidas en la capital, como el diputado local, Martín Vivanco y los regidores Alfredo Varela, Tita de la Parra, Martha Palencia y Meño de la Peña; así como Jorge Salum del Palacio y el propio dirigente de partido, Omar Castañeda; es incierto si tiene el capital político suficiente para sostener una campaña tan amplia y ambiciosa.
El liderazgo estatal de Movimiento Ciudadano también será puesto a prueba, por ello, la dirigencia estatal tendrá que equilibrar la construcción de una estructura sólida con la necesidad de presentar propuestas claras y diferenciadas que respondan a las demandas específicas de cada región del estado. Este equilibrio será crucial para evitar la dispersión de esfuerzos.
Además, la unidad interna será un factor importante. Como en cualquier partido emergente, las tensiones internas y la lucha por candidaturas pueden convertirse en un obstáculo significativo. Si MC no logra mantener la cohesión entre sus cuadros, sus posibilidades de éxito podrían verse seriamente comprometidas.
A pesar de los desafíos, Movimiento Ciudadano tiene oportunidad para posicionarse con una estrategia bien articulada, que combine el fortalecimiento de sus liderazgos locales con una narrativa atractiva y propuestas concretas.
¿Logrará Movimiento Ciudadano cumplir su ambiciosa meta de competir en todos los municipios de Durango? El camino no será fácil, pero en política, los retos monumentales suelen ser la antesala de las grandes transformaciones. Solo el tiempo dirá si MC está a la altura de este desafío histórico.