/ domingo 13 de octubre de 2024

Sin tan solo supieras

David Godall fue un científico notable en su país, militante de uno movimiento “exit international” que aboga por la eutanasia y el “derecho a morir”. Viajó de Australia a Suiza donde encontró un juzgado que le dio permiso para ser asistido a través de una inyección letal y practicar un suicidio asistido cuando tenía 104 años de edad. Antes de morir ofreció una conferencia de prensa en la que expresó: “ya basta, estoy cansado, gracias a todos pero ya me quiero morir”. ¿Por qué un hombre tan longevo y sin un problema de salud, se refugia en un país europeo y consigue una orden judicial para tener un suicidio asistido? Probablemente porque en toda su existencia no le había encontrado sentido a la vida. ¡Aún la vida más larga sobre este planeta puede resultar insoportable sin Dios!

En el evangelio de Juan se relata una historia muy interesante e inusual. Los discípulos dejan solo a su maestro a plena luz del día con una mujer samaritana y de dudosa reputación. Cansado y sediento por el ardiente camino de dos días, Jesús le pide un poco de líquido vital a esa mujer. La mujer se sorprendió y entonces le dijo a Jesús “usted es judío y yo soy una mujer samaritana, ¿por qué me pide agua?” Jesús contestó: “si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti y con quien estás hablando, tú me pedirías a mí y yo te daría agua viva . . . Esta agua te va a saciar por un rato, pero después vas a volver a tener sed, pero el agua que yo puedo darte va a saciar tu sed para siempre porque es un agua no que viene de afuera hacia adentro sino es un agua que brota de tu interior, como un río de agua viva.” (Juan 4.1-30 y 7.37-39)

Si tan solo supieras el regalo que Dios tiene para ti no andarías buscando la saciedad de tu alma y de tu ser en fuentes o cisternas que se rompen o que se agrietan; sea ésta a través de relaciones interpersonales, en la seguridad económica, en la búsqueda del placer por sí mismo, en la evasión de los problemas, en los títulos o en los logros humanos. Dios no quiere darte una religión, no quiere darte un sistema de reglas. Dios te invita a una relación de amor, quiere que confíes en Él porque lo que Él te quiere dar supera todo lo que este mundo te puede dar, todo lo que tú crees que tu familia te puede dar, todo lo que tú piensas que el sistema te puede dar, todo lo que piensas que tú mismo te puedes dar: “si tan solo supieras entonces cerrarías los ojos, extenderías las manos y recibirías el don de Dios, ese don de Dios se llama el Espíritu Santo que viene a tu vida, te sella para siempre y hace que permanentemente fluyan como ríos de agua viva.”

leonardolombar@gmail.com

ÚLTIMAS COLUMNAS