/ domingo 15 de septiembre de 2024

Un grito sin final

Una conspiración fallida aceleró el proceso de independencia que dio inicio con el icónico grito de Dolores. Deseo de libertad que detonó una década de enfrentamientos y cobró más de medio millón de vidas humanas, mismas que ni el estandarte guadalupano del cura insurgente pudo salvar.

Conspiraciones, intrigas y traiciones son el común denominador de una historia manchada con la sangre de héroes y villanos que van cambiando de rol según perspectiva del cronista.

Decapitaciones, fusilamientos y masacres que parecen no encontrar sosiego después de más de doscientos años.

Un grito que sigue vigente hoy en las escalofriantes cifras del INEGI donde el suicidio es la tercera causa de muerte en adolescentes, después del asesinato y los accidentes.

Un grito que permanece en las calles de ciudades desoladas bajo la amenaza del crimen organizado que encuentra amparo bajo la sombra de la impunidad de un estado fallido.

Un grito que todavía resuena en los recintos legislativos donde la mentira, la deslealtad y lo convenenciero están a la orden del día; donde la vergüenza no logra detener el cinismo, y el honor del escaño la deshonra de la voluntad comprada.

Hoy como ayer, millones de gargantas de un pueblo noble, que no se doblega tan fácilmente, y que busca desesperadamente que la utopía se convierta en realidad: mira al cielo y grita desde el alma: ¡Viva México, viva México, viva México!

leonardolombar@gmail.com

Una conspiración fallida aceleró el proceso de independencia que dio inicio con el icónico grito de Dolores. Deseo de libertad que detonó una década de enfrentamientos y cobró más de medio millón de vidas humanas, mismas que ni el estandarte guadalupano del cura insurgente pudo salvar.

Conspiraciones, intrigas y traiciones son el común denominador de una historia manchada con la sangre de héroes y villanos que van cambiando de rol según perspectiva del cronista.

Decapitaciones, fusilamientos y masacres que parecen no encontrar sosiego después de más de doscientos años.

Un grito que sigue vigente hoy en las escalofriantes cifras del INEGI donde el suicidio es la tercera causa de muerte en adolescentes, después del asesinato y los accidentes.

Un grito que permanece en las calles de ciudades desoladas bajo la amenaza del crimen organizado que encuentra amparo bajo la sombra de la impunidad de un estado fallido.

Un grito que todavía resuena en los recintos legislativos donde la mentira, la deslealtad y lo convenenciero están a la orden del día; donde la vergüenza no logra detener el cinismo, y el honor del escaño la deshonra de la voluntad comprada.

Hoy como ayer, millones de gargantas de un pueblo noble, que no se doblega tan fácilmente, y que busca desesperadamente que la utopía se convierta en realidad: mira al cielo y grita desde el alma: ¡Viva México, viva México, viva México!

leonardolombar@gmail.com

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