“La naturaleza nos ha dado las semillas del conocimiento, no el conocimiento mismo”
-Séneca
Del 21 al 25 del pasado mes de octubre se celebró el XVI Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, quizá el evento más importante para el mundo hispanoparlante en esta materia, el cual se celebra de manera periódica en distintos país, correspondiendo ahora a México y particularmente al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México fungir como sede. Las anteriores quince ediciones de este evento de gran envergadura han constituido el evento magno del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional (IIDC), una de las sociedades científicas, académicas y jurídicas más importantes en nuestra región, y esta decimosexta edición no podía ser la excepción, particularmente dedicada a un tema totalmente actual: “El constitucionalismo para la democracia del siglo XXI. Homenaje a la Constitución Federal de 1824”.
Con un Comité Organizador de lujo integrado por Mónica González, Diego Valadés -quien a su vez preside el IIDC-, José María Serna, Enrique Rabell, Daniel Barceló, Mario Garza, Germán Cisneros y Rogelio Flores, el Congreso tuvo ni más ni menos que 38 mesas de trabajo para ponencias y 11 más para comunicaciones, con una gran cantidad de constitucionalistas provenientes de toda la región iberoamericana y más allá de la misma. Además del tema central del Congreso, en su seno se discutieron tópicos tan variados e igualmente fundamentales para el constitucionalismo iberoamericano tales como justicia constitucional, medio ambiente, independencia judicial, acceso a la justicia, democracia digital, conocimiento, desarrollo, autonomía universitaria, salud, parlamentarismo, Estado laico, derechos sobre el cuerpo, nuevos derechos y justiciabilidad de los derechos.
Asimismo, otros temas sobre los cuales se dialogó y conversó en clave comparada fueron federalismo, gobernabilidad, presidencialismo, tipología de las sentencias, control constitucional, democracia, seguridad y protección social, reforma constitucional, alimentación, revisión judicial, libertad de expresión, redes sociales, perspectivas históricas del constitucionalismo, por mencionar sólo algunos. En su conjunto, todos estos puntos para la discusión constituyen algunos de los desafíos más apremiantes no sólo para el Estado constitucional sino para la sociedad como un todo, por lo que fue verdaderamente digno de encomio tan magno evento.
En lo particular, quien esto escribe tuvo la oportunidad de participar con una modesta intervención en la mesa 23 de ponencias, dedicada a la salud, la seguridad y la protección social, teniendo a Karla Mariscal como presidenta y Francisco Ibarra como vicepresidente. En dicha intervención se emitieron algunas ideas sobre el derecho a la protección de la salud y la construcción de una democracia sanitaria en la postpandemia, la cual reseñaremos en una próxima oportunidad.
Para finalizar, sirvan estas sencillas líneas para reconocer a las instituciones organizadoras del Congreso, empezando por el IIJ-UNAM y el IIDC, pues además de la altísima calidad académica de todo el evento, el aspecto logístico fue igualmente de primer nivel. No es para nada fácil congregar a decenas de investigadoras e investigadores de múltiples nacionalidades a lo largo de una semana, con todo lo que ello implica. El XVI Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional fue todo un éxito y se consolida como el epicentro de la reflexión científica sobre algunos de los retos más apremiantes para el Estado constitucional del siglo XXI. Enhorabuena.