Un bonito ropón en el característico color blanco fue el que lució el niño Mauricio Rosas Navarro, quien tuvo su ingreso a las filas del catolicismo al recibir el primero de los sacramentos que otorga la iglesia católica: el bautismo.
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La ceremonia tuvo lugar en el bautisterio de la Catedral Basílica Menor de Durango, lugar hasta el cual llegaron familiares y amistades de los esposos Rosas Navarro.
El pequeño Mauricio estuvo acompañado de sus orgullosos padres Fernando Rosas Palafox y Lorena Navarro Lorenzo, además de sus padrinos Arturo Rosas Palafox y Karla Bruciaga de Rosas, quienes se comprometieron ante el sacerdote oficiante a encargarse de encaminar en la fe católica al nuevo cristiano.
El padre que fungió como padrino de óleos les comentó que se cree que por medio del bautismo, las personas expresan el arrepentimiento de sus pecados, el nacimiento a una nueva vida orientada al seguimiento del Evangelio y su incorporación a la comunidad de creyentes, es decir, a la Iglesia.
Dijo además que el bautismo es el primer sacramento del cristianismo, el cual se practica como un ritual de iniciación en todas las confesiones religiosas que siguen el mensaje de Jesucristo.
También destacó que la palabra proviene del griego “baptízein” que quiere decir “sumergir”. La inmersión alude a los rituales de purificación antiguos en los cuales el penitente se sumergía en las aguas y se levantaba de ellas en señal de renacimiento espiritual.
Asimismo, comentó que se cree que por medio del bautismo la persona recibe el don del Espíritu Santo, la redención de los pecados y, en consecuencia, la gracia de Dios. Antiguamente, el bautismo se practicaba en la edad adulta, tal como hoy en día se sigue practicando en las confesiones protestantes. La práctica del bautismo en bebés o niños pequeños data del fin del milenio I, mucho antes de la separación de la Iglesia.
Posteriormente procedió a bañar con las aguas benditas del Río Jordan al pequeño Mauricio, quien de esta forma recibió la imposición de su nombre e ingresó a las filas del catolicismo.
Al término de la celebración los familiares y amistades de los esposos Rosas Navarro recibieron efusivas felicitaciones por parte de todos ellos que les estuvieron acompañando y posteriormente se dieron cita en un conocido salón de eventos sociales.
Durante la recepción los padrinos repartieron entre la concurrencia bonitos bolos a manera de recordatorios y además se ofreció un espléndido banquete que se preparó especialmente para festejar este emotivo acontecimiento social.