En el Templo María Reina tuvo lugar la ceremonia de presentación del pequeño Leonardo Hernández Soria, momento para el cual lució un bonito atuendo en azul cielo que lo hacía ver realmente elegante.
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El pequeño estuvo acompañado durante la celebración por sus orgullosos padres Alan Hernández y Karla Soria, además de sus padrinos Nicolás Hernández y Cristina Soria.
Durante el acto el sacerdote oficiante se dirigió a él para felicitarlo de manera personal por el hecho de cumplir sus primeros tres años de vida y aprovechó la ocasión para informarles que cuando se presenta al niño ante el Señor Nuestro Dios, el compromiso es: “Señor aquí presento a mi hijo, pero yo me responsabilizo el resto de mi vida a llevarlos al Señor, a guiarlo en el camino, a estar siempre metido en la palabra del Señor’”.
Dijo que esta costumbre mexicana de la presentación en los tres años de edad de los pequeños en el templo refuerza el papel de la familia en las enseñanzas religiosas de los menores. Agregando que se realiza porque tiene que ver con algo arraigado en la época de los primeros cristianos que practicaban el catolicismo. Ellos pensaban que se debía a la presentación de la Virgen María en este recinto.
También destacó que es vinculado el acto a la Fiesta de la Candelaria, la cual se originó a partir de la presentación de Jesús, el hijo de María, en el templo. Según el texto evangélico, después del nacimiento del Niño Jesús, así como de la cuarentena de María, ella y San José se presentaron al templo para consagrar al primogénito y hacer ofrendas por la purificación de la madre. Así, la sociedad empezó a hacer lo mismo que ellos; sin embargo, se hacía a los cuarenta días después del nacimiento de los hijos y no a los tres años.
En la ceremonia religiosa el sacerdote oficiante consagró al pequeño ante Dios en oración por esos tres años que cumplió y a los papás y padrino los invitó a que guíen a Leonardo por el buen camino en la fe.
Al término del acto familiares y amistades que se dieron cita para acompañarlo lo felicitaron de manera efusivas y posteriormente se trasladaron a conocido salón de eventos sociales en donde ya lo esperaba el resto de la familia e invitados para una bonita celebración.
Durante la fiesta infantil se partieron piñatas, además de un suculento pastel que serviría como postre después de saborear una rica comida y donde la diversión abundó en torno al feliz festejado.