Un precioso y juvenil atuendo en dos diferentes tonalidades de azul fue el que lució la encantadora jovencita Yeseli Azeneth Salas Rodríguez para darle gracias a Dios en emotiva ceremonia que tuvo como marco el Templo de San Juan Bautista de Analco.
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Para este especial momento el recinto lució preciosa decoración con aromáticos arreglos florales y cirios blancos que fueron encendidos para darle la bienvenida a la celebra, quien se hizo acompañar de familiares y amistades que se unieron a las oraciones del sacerdote oficiante.
Ocupando los reclinatorios adyacentes estuvieron sus padres, los señores José Francisco Salas Soria y Alicia Rodríguez González, además de sus hermanos Ángel Israel, Myriam Jaqueline y Jatziry Joseline Salas Rodríguez.
Durante la solemne celebración el sacerdote oficiante se dirigió a Yeseli Azeneth para decirle que nunca se suelte de la mano de Dios y siempre le dé gracias por las bendiciones recibidas y seguir su camino bajo los principios morales que en todo momento le han inculcado en el seno familiar.
Además el padre comentó que la quinceañera es una celebración tradicional de la vida y de agradecimiento a Dios en la ocasión del 15 cumpleaños de una joven, como es el caso de Yeseli.
Dijo que este ritual le da énfasis al paso de niña a mujer. Usualmente, la familia pide una misa o una bendición en la iglesia, afirmando que este ritual se celebra frecuentemente en varios países como México y otros.
Después de la Liturgia de la Palabra, la joven quinceañera hizo una promesa a Dios y a la Santísima Virgen de vivir el resto de su vida según las enseñanzas de Jesucristo y de la Iglesia, renovando sus promesas bautismales, posteriormente recibió la comunión en compañía de sus papás, padrinos, chambelanes e invitados.
Al término de la ceremonia ya la esperaban sus familiares y amistades en el atrio del recinto para externarle sus felicitaciones por el feliz acontecimiento para posteriormente trasladarse a al Salón Casa Real, el cual lució una bonita decoración y en donde le esperaba un espléndido brindis en su honor, para posteriormente degustar un exquisito banquete que se sirvió en esta especial ocasión.
La velada transcurrió en medio de un gran ambiente en donde la hermosa quinceañera bailó su primer vals del brazo de su orgulloso padre, para posteriormente hacerlo con sus más cercanos familiares.
El festejo culminó en las primeras horas del día siguiente, en que los invitados comenzaron a despedirse y agradecer las atenciones de que fueron objetos en esta hermosa celebración.