Espléndida decoración lució la Parroquia de Santa Rosa de Lima para recibir a la enamorada pareja formada por la encantadora Tere González Anaya y su ahora esposo Ricardo Martínez Flores, quienes recibieron la bendición nupcial en presencia de familiares y amistades que les estuvieron acompañando en esta memorable ocasión.
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El pasillo principal fue adornado con hermosos arreglos florales y cirios blancos que fueron encendidos especialmente para esta solemne celebración en donde la feliz pareja estuvo acompañada ella de su mamá la señora Carmen Anaya Arriaga y su esposo el doctor Gerardo Martínez Aguilar y el papá de la novia Ismael González y su esposa Joaquina Mancinas, mientras que el novio acudió en compañía de sus padres Juan Manuel Martínez Martínez y Elodia Flores Valenzuela, quienes aprovecharon la ocasión para darles su bendición.
El cortejo nupcial estuvo integrado por sus padrinos de arras Francisco Anaya M., y Claudia Balderas, de lazo fueron Ismael Álvarez y María Elena Martínez Martínez, de anillos Fátima Martínez y Antonio Quiñones y de velación Luis Arellano Nevárez y María Luisa Lares.
La ceremonia fue conducida por el padre Noé Soto Valdez, quien se dirigió a la pareja en primera instancia para felicitarla por su decisión de postrarse ante los ojos de Dios para recibir la bendición a la unión en su decisión de formar una nueva familia ante los ojos de la Iglesia Católica y de la sociedad duranguense.
Durante la celebración el padre Noé les dijo que la alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el creador. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges así como a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a la dignidad de sacramento.
Agregó que el sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.
Destacó ante la concurrencia y los novios que el matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo.
Al término de la ceremonia en donde fueron proclamados como nuevo matrimonio, los nuevos esposos se trasladaron a uno de los salones del Centro de Convenciones del Hotel Holiday Inn en donde disfrutaron de una espléndida recepción, cuya coordinación estuvo a cargo de Conceptos Sociales Rafaell y en donde los invitados brindaron por su felicidad.