Darío y Rodrigo Gutiérrez Flores lucieron bonitos trajes en el característico color blanco para recibir el primero de los sacramentos que otorga la iglesia católica, el bautismo.
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La emotiva celebración tuvo como marco la capilla de la hermosa Catedral Basílica Menor de Durango, lugar hasta donde se dieron cita familiares y amistades que los estuvieron acompañando durante la solemne ceremonia.
Los dos pequeños estuvieron acompañados de sus orgullosos padres, los señores Manuel Fernando Gutiérrez Dévora y Ana Laura Flores Lucero, que de esta manera cumplieron con la responsabilidad de llevarlos hasta los ojos de Dios para recibir las aguas benditas del Río Jordán.
Como padrinos de Darío estuvieron Oscar de Jesús Guijarro Retana e Iris Viridiana Castro Carrera, mientras que del pequeño Rodrigo fueron Horacio Andrade y Montserrat Pérez Flores, quienes se comprometieron ante el sacerdote oficiante a encargarse de encaminar en la fe católica a los dos hermanitos.
En la celebración también estuvieron presentes sus abuelitos Fernando Gutiérrez y María de Lourdes Lucero Ponce y Roberto Flores Zamora, además de su tía Gabriela Gutiérrez Dévora y otros familiares que se dieron cita a la celebración.
Durante el acto el padre que fungió como padrino de óleos felicitó a los esposos Gutiérrez Flores por su decisión de llevar a su hijo a recibir uno de los sacramentos que otorga la iglesia católica, además de darles la bienvenida a la celebración a donde dijo se tiene que llegar con el corazón en la mano para recibir este beneficio.
Además agregó que el bautismo es el primer sacramento del cristianismo, el cual se practica como un ritual de iniciación en todas las confesiones religiosas que siguen el mensaje de Jesucristo.
También les dejó en claro que se cree que por medio del bautismo, las personas expresan el arrepentimiento de sus pecados, el nacimiento a una nueva vida orientada al seguimiento del Evangelio y su incorporación a la comunidad de creyentes, es decir, a la Iglesia.
Asimismo, comentó que se cree que por medio del bautismo la persona recibe el don del Espíritu Santo, la redención de los pecados y, en consecuencia, la gracia de Dios. Antiguamente, el bautismo se practicaba en la edad adulta, tal como hoy en día se sigue practicando en las confesiones protestantes. La práctica del bautismo en bebés o niños pequeños data del fin del milenio I, mucho antes de la separación de la Iglesia.
Posteriormente procedió a bañar con las aguas benditas del Río Jordan a los pequeños Darío y Rodrigo quienes de esta forma recibieron la imposición de sus nombre e ingresaron a las filas del catolicismo.
Al término recibieron efusivas felicitaciones por parte de sus familiares y amistades que les estuvieron acompañando y posteriormente se dieron cita en un conocido salón de eventos sociales en donde disfrutaron de una espléndida recepción y donde los padrinos repartieron los bolos a manera de recordatorios.