En días pasados tuvo lugar un grato encuentro en donde los alumnos de la primera generación (1969) de la Escuela Primaria “Juan Manuel Flores” de La Ferrería, Durango, tuvieron a bien entregar un reconocimiento al profesor Leopoldo Moreno Vera.
- Te recomendamos: Cumplió XV años Erika Jaqueline Aguilar González
Los exalumnos que hicieron entrega de este reconocimiento a la destacada trayectoria del profesor Moreno Vera fueron Rubén Ponce, María Teresa Güereca, Javier Güereca, Irene Santana, José Gerardo Núñez, Javier Flores, María Eugenia Rodríguez, María Leonor Covarrubias, Jesús Castrellón, Guadalupe Ponce, Valentín García e Isidro Flores.
Todos ellos tuvieron a bien organizarse para este grato acontecimiento en honor del homenajeado porque consideran que él creyó en ellos desde un principio y a pesar de las adversidades que tuvieron que pasar, sembró en ellos la semilla de la grandeza y el día de hoy aún están recogiendo los frutos de ese aprendizaje obtenido gracias a él.
Durante el feliz acontecimiento del profesor Leopoldo estuvieron con él su gentil esposa la señora Tere Flores, además de sus hijos Nora y José y su nuera Yazmín, sus nietos Tadeo, José Manuel, Berenice y su bisnieto Leopoldo, así como también su cuñado Armando acompañado de su hija Verónica, los ex alumnos de la generación antes mencionada además de algunos invitados especiales integrantes del Grupo Amistad Profesor Guillermo Vargas, acompañados de sus familia y el profesor Francisco Díaz Mendía.
Todos ellos tuvieron oportunidad de compartir no solo el pan y la sal, sino también experiencias que pasaron en su niñez y en la vida actual que los han venido fortaleciendo como grandes seres humanos.
Un momento por demás emotivo de la tarde fue cuando se le dio lectura al reconocimiento que le fue otorgado al profesor Leopoldo Moreno Vera, el cual dice: “Quien en su momento fungió como director, por su esfuerzo, paciencia, dedicación, compromiso, responsabilidad y profesionalismo para educar, formar y orientar a las juventudes, haciendo volcar alma y la mente. Convirtiéndonos en hombres y mujeres de bien”, firmando todos ellos al calce del mismo.
El propio homenajeado al momento de hacer uso de la palabra agradeció primeramente a Dios, a su familia y quienes tuvieron a bien organizarle este hermoso detalle, del cual dijo ha sido el más emotivo e importante de su vida profesional.
Dijo que mientras escuchaba anécdotas, no paraba de recordar su pequeñez y la niñez, agradeciéndole una vez más al Todopoderoso por permitirle ver la transformación de cada uno de sus pequeños alumnos del ayer y que hoy se han convertido en hombres y mujeres de bien.