Muy felicitada la profesora Thelma Guadalupe Carrillo Álvarez, quien estuvo de manteles largos celebrando su cumpleaños número 34, por lo que la fecha no pasó desapercibida para su círculo social y recibió numerosas felicitaciones y obsequios con este motivo.
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El primero que se anotó para felicitarla fue su esposo Andrés Villa López, quien desde muy temprana hora de ese día la despertó con un amoroso abrazo, y deseándole parabienes por el feliz acontecimiento en su joven vida.
Posteriormente le siguieron los parabienes por parte de sus orgullosos padres, los profesores Leonardo Carrillo Herrera y Antelma Álvarez Zúñiga, además de sus hermanos Leobardo, Ociel y Uriel Carrillo Álvarez y no podían faltar sus cuñadas Sandra Valenzuela, Rosalía Guzmán y Metzli Nevárez.
Y obviamente como querida tía que es sus sobrinos Ociel Carrillo, Ángel Carrillo, Antonio Carrillo, Camila Carrillo y Paloma Carrillo; se unieron a ese cúmulo de felicitaciones los de sus compadres Yaneth Saucedo y Nacho Nevárez, además de sus amistades como Edna Flores, Jili Ávila, Yulma Valeria, Ana Salazar, Alina Valles, Sergio Montoya y Juan Montoya.
Indudablemente que esta ocasión fue un fin de semana lleno de sorpresas, comenzando con la fiesta que le ofrecieron sus familiares y que le fue preparada sin que ella lo esperara y en donde además se reunieron sus amistades para desearle los parabienes por el feliz acontecimiento y obviamente llenarla de abrazos cariñosos.
Múltiples obsequios fueron los que recibió Thelma en esta memorable ocasión que seguramente quedará grabada en su memoria para siempre.
Ya que se encontraban todos ahí reunidos, todos los que acudieron al llamado de la familia Carrillo Álvarez le entonaron las tradicionales “Mañanitas” y en donde además aprovecharon un set colocado especialmente como decoración para las fotografías del recuerdo con ella.
Visiblemente emocionada Thelma agradeció las atenciones de que fue objeto y tuvo oportunidad de departir con todos los ahí presentes, con quienes además estuvo compartiendo el pan y la sal, además de botanitas y el exquisito pastel que se partió con motivo de esta importante celebración en su vida.
La tarde transcurrió en medio de un gran ambiente que se prolongó hasta las primeras horas de la noche, en que los invitados decidieron retirarse, pero quienes no tuvieron oportunidad de asistir posteriormente se dieron a la tarea de celebrarla en eventos de manera individual y con desayunos, comiditas y cenas en restaurantes y casas de diferentes amistades que no quisieron dejar pasar la fecha desapercibida del cumpleaños número treinta y cuatro de Thelma.