La Catedral Basílica Menor de Durango de la Inmaculada Concepción lució preciosa decoración para recibir a la hermosa quinceañera Natalia Santillán Hernández, quien se postró ante los ojos de Dios para darle gracias por permitirle celebrar sus 15 años.
- Te puede interesar: Arte y cultura duranguense en “Venga la Alegría”
Para este momento tan especial Natalia lució un precioso y vaporoso atuendo color verde aqua que la hizo ver hermosa a su arribo al hermoso recinto en donde la acompañaron sus consentidores padres, los señores Fermín Santillán Frías y Azucena Hernández Meraz, además de sus padrinos los señores Ángel Gustavo García Ramírez y Marisela Escobedo Rentería.
En la celebración el sacerdote que ofició la misa de acción de gracias, se dirigió a la cumpleañera para felicitarla y también por su decisión de postrarse ante el Altísimo para darle gracias al permitirle arribar a la edad de las ilusiones.
También destacó la importancia de que toda joven sea acercada a la iglesia para agradecer a Dios Nuestro Señor por dejarla celebrar de esta manera sus quince años, una fecha tan significativa en sus vidas.
Dijo el padre que esta celebración revestía una gran importancia en la vida de Natalia, quien visiblemente emocionada participó con una lectura bíblica en la celebración de la Santa Misa que su honor se realizaba.
El padre destacó que esta nueva etapa en la vida de Natalia significaba una gran importancia, ya que a partir del momento dejaba de ser una niña para convertirse en una mujer comprometida con la sociedad y su familia, además de sus estudios para forjarse como todo un ser humano con ganas de triunfar y salir adelante.
Finalmente pidió un aplauso de la concurrencia que se dio cita para acompañar a la joven quinceañera quien posteriormente fue objeto de múltiples felicitaciones por parte de sus familiares y amistades que acudieron a su llamado, quienes además no perdieron la oportunidad de tomarse las fotografías del recuerdo de ese bonito acontecimiento social.
Más tarde la quinceañera fue recibida en un conocido salón de eventos sociales que lució una espléndida decoración y en medio de aplausos durante una recepción que se le tenía preparada y que disfrutó plenamente.
Ahí su primer vals en compañía de sus más allegados familiares que la colmaron de felicitaciones y bonitos obsequios que fueron colocados en una mesa dispuesta para ellos.
Se brindó por su felicidad y posteriormente se sirvió un suculento banquete para festejar el feliz acontecimiento social.