/ jueves 8 de septiembre de 2022

Reina Isabel II: amante de la hípica, pero con huella en todos los deportes

A lo largo de los años, la figura de la reina Isabel II dejó su huella plasmada en el deporte

A lo largo de los años, la figura de la reina Isabel II dejó su huella plasmada en el deporte. Su presencia, aunque no de manera recurrente, enmarcó los grandes acontecimientos deportivos en Inglaterra. De su mano, por ejemplo, Bobby Moore recibió la Copa del Mundo de 1966, en lo que hasta ahora es el mayor logro en la historia del futbol inglés.

También se recuerda con cariño la breve aparición que tuvo durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde dejó de lado la imagen protocolaria para dar paso a un divertido sketch junto a James Bond, donde simuló una entrada en helicóptero al estadio Olímpico de Londres. Así era la reina, capaz de imponer su presencia con sus refinadas y elegantes formas.

Te recomendamos: El puente de Londres ha caído: fallece la reina Isabel II a los 96 años

Amante de los caballos y las competiciones ecuestres, como una herencia familiar que data desde los tiempos de la reina Victoria y que continuó a través del tiempo durante 79 años mantuvo la costumbre de acudir al Royal Windsor Horse Show, un evento que contó con su presencia incluso en mayo del 2022, cuando su salud mermaba y sin embargo, no quiso perderse lo que para ella era uno de sus momentos predilectos. Sus fotografías al lado de grandes caballos son múltiples y variadas.

Hay algunas que la retratan a un costado, pero también están en las que la reina va montando, en una práctica recurrente. Según algunas crónicas, entre sus aficiones también estaban las carreras de caballos, una disciplina de la cual siempre estuvo pendiente al leer cotidianamente las secciones deportivas de los diarios por la mañana y cuya información servía para la crianza de caballos pura sangre, una de sus actividades más queridas y a la cual estuvo ligada hasta los últimos días de su vida.

Aunque su pasión siempre fueron los caballos, a la reina Isabel II también se le ligó con el futbol, deporte de tradición en Inglaterra. Más allá de que sus apariciones en los estadios eran poco comunes y nunca expresó de manera pública sus colores, existe la leyenda de que era aficionada del West Ham. Años más tarde, sin embargo, Cesc Fábregas declaró que en una de sus visitas al Palacio Real junto con el Arsenal, la propia reina le confesó ser seguidora Gunner.

Más por fuerza de la costumbre que por una verdadera afición, la reina Isabell II también estuvo ligada a Wimbledon, uno de los torneos de más tradición en el Reino Unido. Patrona del All England Lawn Tennis and Croquet Club hasta el 2020, sus presencias en el palco real de Wimbledon fueron esporádicos, en sus años de reinado, apenas asistió en cuatro ocasiones, eso sí, siempre que lo hizo mostró un extraordinario respeto por sus tradiciones.

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El rugby también fue parte importante de su vida. Desde 1952, tras la muerte de su padre, la reina Isabell se convirtió en la patrona de la Welsh Rugby Union, un honor que tuvo hasta el 2020, cuando, al cumplir 90 años, delegó la responsabilidad. La reina, desde su juventud, conoció de cerca el deporte gracias a los reyes Jorge V y Jorge VI, quienes solían asistir a los campos para presenciar los grandes duelos de la época, a principios del siglo pasado.

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A lo largo de los años, la figura de la reina Isabel II dejó su huella plasmada en el deporte. Su presencia, aunque no de manera recurrente, enmarcó los grandes acontecimientos deportivos en Inglaterra. De su mano, por ejemplo, Bobby Moore recibió la Copa del Mundo de 1966, en lo que hasta ahora es el mayor logro en la historia del futbol inglés.

También se recuerda con cariño la breve aparición que tuvo durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde dejó de lado la imagen protocolaria para dar paso a un divertido sketch junto a James Bond, donde simuló una entrada en helicóptero al estadio Olímpico de Londres. Así era la reina, capaz de imponer su presencia con sus refinadas y elegantes formas.

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Amante de los caballos y las competiciones ecuestres, como una herencia familiar que data desde los tiempos de la reina Victoria y que continuó a través del tiempo durante 79 años mantuvo la costumbre de acudir al Royal Windsor Horse Show, un evento que contó con su presencia incluso en mayo del 2022, cuando su salud mermaba y sin embargo, no quiso perderse lo que para ella era uno de sus momentos predilectos. Sus fotografías al lado de grandes caballos son múltiples y variadas.

Hay algunas que la retratan a un costado, pero también están en las que la reina va montando, en una práctica recurrente. Según algunas crónicas, entre sus aficiones también estaban las carreras de caballos, una disciplina de la cual siempre estuvo pendiente al leer cotidianamente las secciones deportivas de los diarios por la mañana y cuya información servía para la crianza de caballos pura sangre, una de sus actividades más queridas y a la cual estuvo ligada hasta los últimos días de su vida.

Aunque su pasión siempre fueron los caballos, a la reina Isabel II también se le ligó con el futbol, deporte de tradición en Inglaterra. Más allá de que sus apariciones en los estadios eran poco comunes y nunca expresó de manera pública sus colores, existe la leyenda de que era aficionada del West Ham. Años más tarde, sin embargo, Cesc Fábregas declaró que en una de sus visitas al Palacio Real junto con el Arsenal, la propia reina le confesó ser seguidora Gunner.

Más por fuerza de la costumbre que por una verdadera afición, la reina Isabell II también estuvo ligada a Wimbledon, uno de los torneos de más tradición en el Reino Unido. Patrona del All England Lawn Tennis and Croquet Club hasta el 2020, sus presencias en el palco real de Wimbledon fueron esporádicos, en sus años de reinado, apenas asistió en cuatro ocasiones, eso sí, siempre que lo hizo mostró un extraordinario respeto por sus tradiciones.

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El rugby también fue parte importante de su vida. Desde 1952, tras la muerte de su padre, la reina Isabell se convirtió en la patrona de la Welsh Rugby Union, un honor que tuvo hasta el 2020, cuando, al cumplir 90 años, delegó la responsabilidad. La reina, desde su juventud, conoció de cerca el deporte gracias a los reyes Jorge V y Jorge VI, quienes solían asistir a los campos para presenciar los grandes duelos de la época, a principios del siglo pasado.

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