Luciendo encantadores atuendos las primas Mariana Medrano Garza y Matilde Torres Garza, se postraron ante los ojos de Dios en el Templo de Santa Rosa de Lima para recibir por primera ocasión a Jesucristo a través de la Eucaristía.
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Ellas estuvieron acompañadas de sus padres Yima Jahiel Medrano Trujillo y Liliana Garza Vela; Sergio Torres y Karla Garza Vela, quienes cumplieron con este sacramento instituido por la iglesia católica en una ceremonia que fue conducida por el presbítero Noé Soto Valdez.
Las madrinas de Mariana fueron Esperanza Vela Rodríguez y Gloria Trujillo Rodríguez, mientras que el padrino de su prima Matilde fue Jorge Enrique Martínez Vela.
La Primera Comunión es la celebración de la Iglesia Católica donde el niño y la niña participan por primera vez en el Sacramento de la Eucaristía, recibiendo la Comunión.
Durante la ceremonia el padre Noé les dijo que la sagrada comunión es la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, donde se le recibe sacramentado bajo las especies del pan y del vino. Agregando que es el mismo Jesucristo vivo, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad, siendo esto un encuentro con Él personalmente, quedándose de esta manera, entre nosotros por amor y haciéndonos partícipes de su Pascua.
Destacó que se le recibe en esta sagrada comunión, haciéndose alimento para nuestras almas, aumentando la gracia y dándonos la vida eterna. La Eucaristía es un sacramento instituido por el Señor en la última cena. En ella, en presencia de sus discípulos, convirtió el pan y el vino en su mismo cuerpo y sangre, y se lo dio a comer.
De esta manera, les hizo partícipes de su sacerdocio y les mandó que hicieran lo mismo en su memoria y difundir la palabra que les enseñó a lo largo de su vida.
Posteriormente procedió a darles la comunión y ellas de manera gustosa se comprometieron a tener estos reencuentros con el Señor a través de la misma todos los domingos por lo que resta el tiempo de sus vidas que apenas comienzan.
Al término de la ceremonia, los familiares y amistades de ambas niñas se acercaron a ellas y sus papás y padrinos para felicitarlos por el emotivo instante que acababan de vivir y que seguramente quedará como un grato recuerdo en sus vidas.
Posteriormente se trasladaron al Salón “La Novia” del Club Campestre de Durango, en donde disfrutaron de una espléndida recepción en un lugar que lucía hermosa decoración muy especialmente para este momento.
Ahí los invitados disfrutaron de un exquisito banquete y convivieron con las dos nuevas comulgantes que además fueron agasajadas con bonitos obsequios.