Preciosa decoración con flores blancas y cirios blancos que se encendieron en la Catedral Basílica Menor de Durango para recibir a la enamorada pareja formada por la encantadora Sara Felicia Ramos Favela y Pedro Barrón Álvarez del Castillo, quienes durante una solemne celebración recibieron la bendición a su amor para contraer nupcias.
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La guapa novia hizo su arribo ataviada en un hermoso atuendo en color blanco que la hizo ver realmente encantadora, mientras que su prometido ya la esperaba el altar mayor del recinto luciendo un bonito traje con la característica combinación de blanco y negro.
Acompañando a la novia estuvieron su primo Feliciano Ramos Romero y su mamá Amada Jesús Favela Vizcarra, mientras que el novio acudió en compañía de su mamá Margarita Álvarez del Castillo y recordando a su finado padre Sergio Barrón Ceniceros.
Los novios también se hicieron acompañar de un cortejo, el cual estuvo integrado por familiares y amistades, entre ellos y como padrinos de arras Fátima Lizeth Ramos Favela y David Rubio, los padrinos de anillos fueron Zuriel Primo Ramos Favela y Luisa Cruz Garza, de lazo Sergio Barrón Álvarez del Castillo y Daniela Tostado Flores, quienes unieron sus oraciones a las del sacerdote celebrante al momento de bendecir la unión matrimonial entre Sara Felicia y Pedro.
Durante la misa de esponsales el sacerdote oficiante se dirigió a la enamorada pareja para decirles que el sacramento del matrimonio significa la unión de Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la vida eterna.
Les comentó que San Pablo dice en un proverbio: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia. Gran misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia".
Agregó que la alianza matrimonial, por la que un hombre y una mujer constituyen una íntima comunidad de vida y de amor, fue fundada y dotada de sus leyes propias por el Creador. Por su naturaleza está ordenada al bien de los cónyuges así como a la generación y educación de los hijos. Entre bautizados, el matrimonio ha sido elevado por Cristo Señor a la dignidad de sacramento.
Por último les dijo a Sara Felicia y Pedro que el matrimonio se funda en el consentimiento de los contrayentes, es decir, en la voluntad de darse mutua y definitivamente con el fin de vivir una alianza de amor fiel y fecundo a lo largo de sus vidas.
Posteriormente continuó con la ceremonia en donde ambos contrayentes intercambiaron sus votos matrimoniales y se juraron amor ante los ojos de Dios.
Al término de la ceremonia familiares y amistades los felicitaron para posteriormente trasladarse a la Hacienda La San Martina, en donde disfrutaron de una espléndida recepción en su honor. Los nuevos esposos fijarán su residencia aquí en Durango.