Hasta el altar mayor de la Iglesia del Santo Niño de Atocha llegaron para postrarse ante los ojos del Creador, la enamorada pareja formada por Itzel Domínguez Medrano y Juan Manuel Marín Rocha, quienes recibieron la bendición a su amor en solemne ceremonia que atestiguaron familiares y amistades que se dieron cita para acompañarlos.
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El recinto lució preciosa decoración con profusión de aromáticas flores y cirios blancos que se encendieron para darles la bienvenida, por su parte la novia estuvo acompañada de sus padres Raúl Domínguez Casas y Miriam Medrano Romero, mientras que su prometido estuvo acompañado de su mamá la señora Margarita Rocha Quiroz.
El cortejo nupcial estuvo integrado por Mayra Medrano Romero, que fue madrina de arras; Nora Lorena Domínguez Casas e Ismael Alemán, de anillos; Olga Soto y Hugo Casas, de velación y Daniela Sandoval y Diego Santillán de mancuerna.
El padre oficiante se dirigió a Itzel y Juan Manuel para afirmarles que Jesús hizo su primer milagro en una boda y enseñó que el matrimonio en el Nuevo Pacto es permanente y santo. Agregó que los apóstoles enseñaron sobre la belleza y el significado del matrimonio en todo el Nuevo Testamento. San Pablo incluso enseñó sobre el misterio de la relación entre los miembros de la Iglesia y Cristo el novio como análogo a la relación entre marido y mujer en el sacramento del matrimonio.
Destacó también durante la ceremonia que el matrimonio cristiano es un sacramento que ordena que el esposo y la esposa se sirvan unos a otros. Este servicio se basa en la virtud cristiana de la caridad y se realiza con un espíritu de cuidado y preocupación por el bien del cónyuge y los hijos siguiendo el ejemplo de Cristo. Si este sacramento proporciona gracia para la salvación del individuo, es solo como un fruto secundario.
Finalizó diciendo que el efecto principal de la gracia del sacramento sirve para fortalecer la unidad de la pareja y profundizar su amor y afecto para que su servicio amoroso les ayude a acercarse a Dios. El objetivo final del matrimonio es lo mismo que la vida cristiana; para responder a la gracia de Dios y ser feliz con Él en el cielo para siempre.
Al término de la celebración los nuevos posaron para la lente del profesional Gabriel Saucedo y después recibieron efusivas felicitaciones por parte de sus invitados, quienes más tarde los acompañaron a una finca familiar en donde se ofreció un espléndido banquete en donde los invitados brindaron por su felicidad.