El pasado 19 de octubre contrajeron matrimonio por la vía civil Flor Edith Loza Trujillo y Daniel Ayón Nogueira, quienes seleccionaron esa fecha para hacerlo porque celebraban sus cinco años de relación como novios.
Durante la emotiva ceremonia, ellos estuvieron acompañados de sus padres Ricardo Loza Iñíguez y Eva Trujillo Hernández; Héctor Ayón Flores y María del Rosario Nogueira Mercado, quienes decidieron apoyar la decisión de sus hijos de formar una familia ante la sociedad civil.
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El evento tuvo lugar en exclusivo restaurant ubicado al sur la ciudad de Durango y a él se dieron cita familiares y amistades que les estuvieron acompañando en ese emotivo instante.
Entre ellos sus testigos que firmaron el acta de matrimonio: Karina Yazmín Santillán Serrano, Marielena González Ramírez, Marcela Díaz Ayón y Ángela Daniela Díaz Ayón, quienes aprovecharon la ocasión para felicitarles.
Durante este acontecimiento se contó con la presencia de un juez del registro civil que hizo hincapié en los derechos y obligaciones que ambos adquieren ante las leyes de la sociedad destacando que en nombre de la ley y de la sociedad que quedan ustedes unidos en legítimo matrimonio con todos los derechos y prerrogativas que la ley otorga y con las obligaciones que impone; y manifiesto:
"Éste es el único medio moral de fundar la familia, de conservar la especie y de suplir las imperfecciones del individuo que no puede bastarse a sí mismo para llegar a la perfección del género humano".
"Éste no existe en la persona sola sino en la dualidad conyugal. Los casados deben ser y serán sagrados el uno para el otro, aún más de lo que es cada uno para sí. El hombre, cuyo compromiso es el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil".
Agregando que en tanto la contrayente cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo propia de su carácter.
"El uno y el otro se deben y tendrán respeto, deferencia, fidelidad, confianza y ternura, ambos procurarán que lo que el uno se esperaba del otro al unirse con él, no vaya a desmentirse con la unión".
Posteriormente los declaró como esposos y recibieron las felicitaciones por parte de su familia y amistades más allegadas que les acompañaron, para posteriormente disfrutar de un brindis y una exclusiva cena.