“No quiero perderme nada”… Encontraron su alma gemela al creer en ese amor que hoy existe, decidieron darse el sí definitivo para toda la vida… la pareja de enamorados formada por la guapa Yesia Denisse Patiño Berrout y Juan Mauricio Barrón Barboza, quienes unieron sus vidas en el santo recinto del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe.
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A dicho recinto se dieron cita, familiares y amigos cercanos de los felices novios para celebrar en grande ese día tan importante para ellos, así que presentes estuvieron sus padres, Carlos Francisco Patiño Vázquez y Nohemí Karina Berrout Rentería, padres de la novia; en cambio el feliz contrayente, llegó acompañado de sus padres, señores Sergio Osvaldo Barrón Colmenero y Yolanda Barboza Castro.
Participaron ese día en el cortejo nupcial, los señores Ricardo Berrout Rentería y Rosa Ivonne Barboza González, quienes actuaron como padrinos de lazo; en cambio Ignacio Macías Rentería y Claudia Jaqueline Márquez Meléndez, figuraron como padrinos de velación, además los señores Francisco Javier Barboza Castro y Elvira Ramírez López, fueron padrinos de anillos; siendo Mauricio Barboza Castro y Maritza Ramírez López, fungieron como padrinos de arras, quienes muy emocionados aceptaron participar en esta especial ceremonia de esponsales.
Al culminar la emotiva ceremonia eclesiástica, los invitados se dirigieron a conocido salón de la localidad para disfrutar de una elegante fiesta, en donde se llevó a cabo la extraordinaria recepción.
Ahí a hora oportuna Yesia Denisse y Juan Mauricio, tomados de la mano bailaron su canción de vals, “I don't want to miss a thing” de Aerosmith, ante la sociedad como marido y mujer, este fue un tema muy emotivo para ambos y el cual los marcó para siempre; para luego continuar con el tradicional vals de bodas, el cual bailaron con sus amados padres y demás familiares.
Los invitados llenaron de felicitaciones y buenos deseos a la pareja de enamorados, y pasaron junto a ellos una maravillosa velada, en la cual degustaron una deliciosa cena y de las exquisiteces de la mesa de confitería.
Entre los presentes desde luego familiares y amigos muy cercanos, quisieron desearle al nuevo matrimonio una vida plena de dicha basada en el amor, y que ese amor que hoy se tienen les dure para toda una vida, la cual pasarán juntos, respetándose y amándose.