El canadiense Donald Sutherland recibió ayer de manos del director del festival de Cine de San Sebastián, José Luis Rebordinos, el segundo premio Donostia de esta 67 edición, tras haberlo recibido el sábado pasado el director franco-griego Costa Gavras.
Sutherland llegó a San Sebastián hace dos días con su perro Porter y afirmó que ha disfrutado mucho de la ciudad y se sorprendió con el Museo de Chillida Leku, un gran espacio de jardines y bosques y un caserío remodelado, donde el escultor Eduardo Chillida Juantegui distribuyó una gran muestra de su obra.
Manifestando gran preocupación por el tema del cambio climático, Sutherland enfatizó su enojo ante las consecuencias de ese fenómeno. “Tengo hijos y nietos y les vamos a dejar un mundo en el que no van a poder vivir. Han desaparecido 2.5 millones de especies de pájaros y los chinos se han visto obligados a polinizar las plantas con individuos ante la escasez de insectos. ¿Es este el mundo que queremos? Lo que está haciendo las Naciones Unidas con el cambio climático es una mierda”, hizo hincapié.
A sus 84 años y con unas 200 películas a sus espaldas, el actor no manifiesta interés en jubilarse. “Aún tengo bocas que alimentar”, subrayó.