/ jueves 13 de mayo de 2021

Diana Reyes y Noemí Mendiola experimental el dolor en silencio

Bajo la dirección de Héctor Morán

“Dolores Silentes” arrancó temporada en el foro artístico La Kfeta, la puesta es una propuesta de performance y danza contemporánea, que explora los más profundos sentimientos que dos mujeres han experimentado a lo largo de su vida de manera silenciosa.

Bajo la dirección de Héctor Morán y la colaboración creativa de Diana Reyes y Noemí Mendiola, dicha obra aborda situaciones de abuso en distintos aspectos, sometimientos a normas, juicios sociales y familiares, hasta heridas que provienen de la constante presión por ser aceptadas.

Estas dos mujeres, narró el director, llevan al público a transitar por su mundo, conocer su historia, que al mismo tiempo es un reflejo de lo que muchas mujeres tienen que soportar; “como equipo creativo, consideramos que vivimos en una sociedad que no acepta el dolor; que lo evade y lo disfraza, ya que sentir dolor es un signo de debilidad y extenuarlo no merece más que una desaprobación pública” comentó Héctor Morán.

Foto: Cortesía | Erik Martínez

Añadió que las mujeres en la esfera pública, son objeto de juicios constantes donde su cuerpo es tema de discusión pública, sus pensamientos son constantemente limitados y reducidos, y sin posibilidad de ejercer una ideología propia y libre, todas estas ataduras se ven reflejadas en el performance.

Al llevar a escena “Dolores Silentes” este colectivo buscaba una liberación y un exorcismo del patriarcado. Un camino que empezara con una confrontación al ver dos cuerpos sufriendo dentro de su metáfora: una mujer que literalmente carga una escalera de metal industrial y un banco de madera gruesa, además de que su cara está enredada en hijo rojo, el cual representa las ataduras emocionales a las que ha vivido sometida; mientras que a la otra mujer que se le indicó no podía moverse para nada de su silla, refleja cómo impacta el dolor e incomodidad en su ser.

Héctor puntualizó que después de 10 minutos de haber iniciado la puesta, el público tiene la opción de seguirlas viendo en la misma situación o permitirles continuar con la obra. “Si un asistente vota a favor de seguirla viendo, la actrices seguirán la puesta bajo la misma temática por otros 10 minutos y no podrán salir de ahí” dinámica que realizan para observar el cambio en la mentalidad machista que somete al sufrimiento el cuerpo de las mujeres, “es necesario un cambio radical”.

Después de 10 minutos de haber iniciado la puesta, el público tiene la opción de seguirlas viendo en la misma situación o permitirles continuar con la obra / Foto: Cortesía | Erik Martínez

Agregó el también coreógrafo que no toda la pieza es cruel, pues con el paso del tiempo se vuelve una coreografía emotiva, donde las dos mujeres muestran su verdadera vulnerabilidad estando solas, confrontándose con su situación incómoda, al encontrarse dejan atrás sus ataduras y sus restricciones para pasar por una metamorfosis que las hace gritar y dejar de sentir en silencio.

La puesta se presenta todos los sábados a las 19:30 horas en el foro artístico La Kfeta, ubicado en Felipe Pescador número 105, entre las calles de Zarco y Patoni. El costo de la entrada es de 60 pesos por persona y los boletos pueden ser adquiridos directamente el día de la función. Se recomienda llegar 15 minutos antes, ya que el acceso es limitado.



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“Dolores Silentes” arrancó temporada en el foro artístico La Kfeta, la puesta es una propuesta de performance y danza contemporánea, que explora los más profundos sentimientos que dos mujeres han experimentado a lo largo de su vida de manera silenciosa.

Bajo la dirección de Héctor Morán y la colaboración creativa de Diana Reyes y Noemí Mendiola, dicha obra aborda situaciones de abuso en distintos aspectos, sometimientos a normas, juicios sociales y familiares, hasta heridas que provienen de la constante presión por ser aceptadas.

Estas dos mujeres, narró el director, llevan al público a transitar por su mundo, conocer su historia, que al mismo tiempo es un reflejo de lo que muchas mujeres tienen que soportar; “como equipo creativo, consideramos que vivimos en una sociedad que no acepta el dolor; que lo evade y lo disfraza, ya que sentir dolor es un signo de debilidad y extenuarlo no merece más que una desaprobación pública” comentó Héctor Morán.

Foto: Cortesía | Erik Martínez

Añadió que las mujeres en la esfera pública, son objeto de juicios constantes donde su cuerpo es tema de discusión pública, sus pensamientos son constantemente limitados y reducidos, y sin posibilidad de ejercer una ideología propia y libre, todas estas ataduras se ven reflejadas en el performance.

Al llevar a escena “Dolores Silentes” este colectivo buscaba una liberación y un exorcismo del patriarcado. Un camino que empezara con una confrontación al ver dos cuerpos sufriendo dentro de su metáfora: una mujer que literalmente carga una escalera de metal industrial y un banco de madera gruesa, además de que su cara está enredada en hijo rojo, el cual representa las ataduras emocionales a las que ha vivido sometida; mientras que a la otra mujer que se le indicó no podía moverse para nada de su silla, refleja cómo impacta el dolor e incomodidad en su ser.

Héctor puntualizó que después de 10 minutos de haber iniciado la puesta, el público tiene la opción de seguirlas viendo en la misma situación o permitirles continuar con la obra. “Si un asistente vota a favor de seguirla viendo, la actrices seguirán la puesta bajo la misma temática por otros 10 minutos y no podrán salir de ahí” dinámica que realizan para observar el cambio en la mentalidad machista que somete al sufrimiento el cuerpo de las mujeres, “es necesario un cambio radical”.

Después de 10 minutos de haber iniciado la puesta, el público tiene la opción de seguirlas viendo en la misma situación o permitirles continuar con la obra / Foto: Cortesía | Erik Martínez

Agregó el también coreógrafo que no toda la pieza es cruel, pues con el paso del tiempo se vuelve una coreografía emotiva, donde las dos mujeres muestran su verdadera vulnerabilidad estando solas, confrontándose con su situación incómoda, al encontrarse dejan atrás sus ataduras y sus restricciones para pasar por una metamorfosis que las hace gritar y dejar de sentir en silencio.

La puesta se presenta todos los sábados a las 19:30 horas en el foro artístico La Kfeta, ubicado en Felipe Pescador número 105, entre las calles de Zarco y Patoni. El costo de la entrada es de 60 pesos por persona y los boletos pueden ser adquiridos directamente el día de la función. Se recomienda llegar 15 minutos antes, ya que el acceso es limitado.



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