Como en la parisina Place du Tertre, el caballete y los lienzos del pintor Alonso Salinas son protagonistas cada día, mucha gente se para ante las acuarelas para admirar la sutileza y maestría del joven que compagina su potencial artístico tradicional de los pinceles con el arte del tatuaje en blanco y negro. Nacido en Durango en 1989 y egresado de la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías, el artista frecuenta a pie de calle los lugares más emblemáticos del centro histórico duranguense. Allí realiza sus cuadros para la próxima exposición que se titulará "Durango bohemia", una muestra colorista y original que pone de relieve el talento y la vocación de la pintura en las nuevas generaciones.
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Alonso Salinas es un ejemplo de la continuidad generacional de artistas duranguenses que viven el arte y asumen el destino de ser los forjadores de nuevas tendencias, de mantener un diálogo fecundo con la pintura de otras épocas y favorecer nuevos espacios de confluencia para que el arte siga siendo un oficio y un gesto de empatía esencial en la sociedad. El artista mostrará el 15 de marzo en la galería Sala Arista su proyecto “Durango bohemia” donde ensalza la acuarela más cristalina con otros dibujos de casas, rincones y personajes de la ciudad.
A su edad, ya ha recorrido otros estados para probar suerte y está alistando los cuadros del estilo abstracto geométrico para una exposición en la Casa de la Cultura, a cada una de sus exposiciones le dedica sueño y trabajo diario, su entusiasmo es una muestra del empeño y del buen quehacer de los artistas, “el arte está en todos lados” manifiesta con certeza, aunque lleva meses esperando que desde los museos del estado tengan espacio para pintores como él que son la savia nueva para mantener la vitalidad del panorama cultural contemporáneo.
Alonso Salinas es un experto tatuador, ha trabajado en estudios profesionales y lleva los dibujos a la piel con destreza, al igual que un amanecer desde el Mirador del Cerro, la magia de la luz se difumina y esclarece en la acuarela, sus pinceles son capaces de hacer la transfusión de color y de tonos, así como las cúpulas de las iglesias o las farolas de una calle, al ser contempladas se plasma el reflejo de lo artístico que no es copia, sino instante vivido que se mira y se eterniza.
Como muchos jóvenes de su generación, Alonso Salinas espera su momento para exponer la obra que día a día va confeccionando con silencio y precisión, echándole horas a cada dibujo. Tiene toda la vida por delante y como sucedió con Fermín Revueltas y tantos otros artistas duranguenses, en el viaje a otras latitudes habrá una oportunidad de expandir su experiencia para continuar creciendo como artista, aunque la ciudad que lo vio nacer será siempre el lugar de procedencia, la luz que le acompañará en su camino.
En entrevista con El Sol de Durango, Alonso Salinas comparte sus inquietudes y esperanzas sobre el futuro del arte en tiempos de Internet.
¿Qué parentesco hay entre la pintura y el tatuaje?
Es distinto, se comparte el dibujo en el tatuaje y la acuarela, pero la resolución es distinta, ya tengo doce años componiendo y me gusta el estilo de blanco y negro, de sombras.
¿De qué trata la exposición “Durango bohemia” del próximo 15 de marzo en Sala Arista?
La idea es que la gente vea lo que ando haciendo, la acuarela callejera es una manera de relajación y quise representar la arquitectura de los lugares coloniales, hay arte en todos lados y aquí estoy en Plaza Santa Ana donde pinto lo que me gusta con mi propio estilo, buscando la soltura en la pincelada, esa es mi Durango bohemia.
¿Qué opinas del diseño informático a diferencia del arte tradicional?
Yo pienso que no hay forma de desplazar al arte, la máquina no puede tener sentimientos, ni hacer lo que puede llegar a representar realmente un artista que está vivo y siente lo que hace.
¿Cuáles son los proyectos de futuro?
Quisiera dar la vuelta a la República, las dos exposiciones que preparo ahora son distintas, una es abstracta geométrica y la otra de acuarela, por ejemplo en las series de personas sin techo se trata de hacer el arte más empático y que en el futuro se puedan crear mejores condiciones de vida para toda la sociedad, los personajes que pinto no saben que pueden llegar a estar en un museo a través de sus retratos en la pintura.
