El 28 de noviembre de 1907 murió el compositor mexicano Ricardo Castro, famoso en México y en el extranjero por sus composiciones y principalmente por su virtuosismo en el piano, y este día el Instituto Municipal del Arte y la Cultura (IMAC) recuerda su vida y obras a través de estas líneas.
Ricardo Rafael de la Santísima Trinidad Castro Herrera, mejor conocido como Ricardo Castro, nació en el municipio de Nazas, Durango, el 7 de febrero de 1864, fue un pianista y compositor mexicano, considerado como “el último romántico del Porfiriato”. A los seis años tomó clases de música con el maestro Pedro H. Ceniceros. Tiempo después se trasladó con su familia a la Ciudad de México, y fue a los 13 años que empezó a desarrollar su talento en el Conservatorio Nacional de Música.
Representó a México en la Exposición Internacional de Nueva Orleans en 1885, su éxito lo llevó a dar conciertos en Washington, Nueva York, Filadelfia y Chicago.
Fue fundador de la Sociedad Filarmónica Mexicana en 1895, el músico era gran admirador de Chopin y es el único compositor mexicano autor de varias polonesas solo para piano. Entre las obras de Castro destacan: el vals “Capricho”, sus óperas “Atzimba”, “La Leyenda de Rudel”, “Don Juan de Austria” y “Satán vencido”.
Después de convertirse en Director del Conservatorio Nacional de Música y Declamación, fallece por pulmonía el 28 de noviembre de 1907. Ricardo Castro es figura clave entre los pianistas de finales del siglo XIX y principios del XX.