José Luis González, escritor duranguense que celebrará pronto sus 80 años de edad, y su hijo Lisandro González, representan el impulso de la empresa familiar duranguense a favor del fomento de la lectura y la cultura de los libros.
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Hace diez años decidieron fundar una librería tradicional, similar a las clásicas librerías de la calle Donceles de Zócalo, esas librerías mágicas que se han convertido en un símbolo de la cultura mexicana. En vísperas de la Feria del Libro de Guadalajara, la fiesta internacional de los libros, la ciudad de Durango atesora una serie de librerías singulares que ofrecen a la ciudad ese requisito esencial de muchos destinos culturales, donde las librerías representan un valor de patrimonio y de progreso.
En entrevista para El Sol de Durango, José Luis González y su hijo Lisandro, comparten la historia de las dos librerías en la Calle Negrete, ambas se ubican en el centro histórico de Durango como un referente para el turismo cultural, junto a otras librerías como Educal en el Museo Francisco Villa, el Fondo de Cultura "José Revueltas" en el Museo Gurza y otras de nueva aparición, como la librería de las Alamedas.
José Luis González acaba de publicar su primer libro de poemas, se titula “El ciclo de los días”, desde que era niño ha cultivado el amor por los libros y aunque es nacido en Michoacán, su tío fue el arzobispo de Durango, José María González Valencia, y por motivos familiares desde muy pronto se arraiga en la ciudad de Durango. Es padre de Betsabé, profesora de portugués, y de Lisandro, con estudios en mercadotecnia.
El poeta habla en su libro del amor y de la búsqueda de la libertad en los años de Tlatelolco, fue un gran viajero y muchos de sus poemas que se remontan a 1963, dan cuenta de un recorrido vital por países como Uruguay, Colombia, Perú y Chile. José Luis González es un hombre silencioso y entrañable, cruzó América Central y la selva del Darien, es un hombre culto y de muchas lecturas en su trayectoria vital. Su escritura es nerudiana, de enorme lirismo y con la virtud de trasladar al lector a su mundo interior, al ensueño de vivir y al placer de la escritura.
Desde hace una década, tras jubilarse como trabajador del Infonavit, decidió dedicar el resto de su vida a los libros. La Librería toma el nombre del filósofo árabe medieval y en su interior pueden encontrarse un sinfín de libros de poesía, novelas, libros de ocasión y toda clase de volúmenes que despiertan la curiosidad. Al comienzo, relata su hijo Lisandro, fueron adquiriendo colecciones y bibliotecas privadas, compraban ejemplares de valor bibliográfico, hasta lograr que la librería familiar tuviera una continuidad, una magia y un acervo importante de libros de interés general.
Entrar en la librería de José Luis González supone una ventana en el tiempo, las estanterías relucen sabiduría y belleza, hay libros de primera edición de Octavio Paz, premio Nobel de literatura, pueden encontrarse joyas literarias de autores duranguenses de hoy, como José Ángel Leyva o Evodio Escalante, biografías de personajes ilustres y cada visitante suele detenerse en la librería para regresar siempre que surge la ocasión.
Lisandro González, como buen emprendedor, acompañó a su padre desde el principio y desde el año pasado, decidió ampliar la empresa familiar, abriendo en el mes de diciembre una nueva Alfarabía en la misma calle, el nuevo espacio de libros contempla novedades literarias, ensayos de filosofía, y muchas colecciones de máxima relevancia contemporánea. Su deseo es continuar con el proyecto de su padre, ofrecer al visitante los libros del mundo, para él “los libros son nuestra vida”.
En pleno centro de la capital duranguense, la existencia de librerías garantiza que la cultura sea un referente importante, junto a los museos y el patrimonio arquitectónico de la ciudad, las librerías son espacios esenciales y enriquecen el horizonte de la convivencia, muchos estudiantes y jóvenes encontrarán en Alfarabía el libro de su próximo verano. Y mientras transcurren los años, José Luis González ha emprendido la publicación de su nuevo libro de poemas, titulado “Atlántida” y que verá la luz el año próximo, con nuevos viajes y sonetos que compartir desde su entrañable librería duranguense.
