Hay muchas historias que rodean las antiguas calles del centro de la ciudad de Durango, calles emblemáticas, que ocultan grandes misterios. Esta es una de las leyendas más conocidas y famosas de Durango.
El maestro Arturo Lugo, en los albores del siglo pasado, gozaba de una bien merecida fama, pues su orquesta era conocida como la mejor del norte de la República.
Además, que esta orquesta interpretaba con maestría marchas, valses y gavotas.
Un día a las 12 de la madrugada cuando llamaron a la puerta, hacía mucho frío y el cielo tenía un aspecto tenebroso, Lugo pensó que se trataba de un asunto grave y por ello salió de la cama rápidamente a atender.
Al abrir la puerta se dio cuenta de que el sujeto que tocaba era un forastero de gran estatura, vestido de forma sumamente elegante con ropajes color negro. Quien le pedía que tocara en su casa, pero jamás imaginó que aquel día sería su perdición.
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