Como uno de los grandes mitos que ha rodeado a la emblemática comunidad nombrada San José de Tuitán en Durango es la presencia de las brujas, un mito que hasta el día de hoy sigue vigente, pues las personas de ese pueblo son testigos de hechos extraños y tenebrosos.
Se dice que hubo un hombre adinerado llamado Don Ignacio Montemayor, maduro y de carácter fuerte. Dinero no le faltaba pues tenía propiedades en todo el estado, gracias al campo y a la ganadería.
Decide casarse con una joven 25 años menor que él, para buscar el heredero a su fortuna.
La joven temía que, al no darle un hijo, Don Ignacio la abandonaría por una mujer fértil, al paso del tiempo buscó una solución al problema al hacer un pacto con el Diablo.
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