Como algo natural, así ve al teatro Horacio Alejandro González Sánchez, quien además de ser dramaturgo, también es escritor y filosofo, talentos que lo hacen un personaje completo, y es que como él mismo lo dice el hecho de haber crecido con una educación artística propiciada por su madre principalmente, lo han forjado como un ser humano que en las letras lleva parte de su esencia.
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Alex, como es mejor conocido entre su familia y amigos, escribió su primera obra de teatro en el año 2007, cuando ya tenía un camino recorrido primero sobre los escenarios y luego como director. Si bien el teatro fue un buen comienzo para adentrarse al mundo de las letras, su oportunidad como autor la tuvo en la Antología de Dramaturgia de Durango 3 y posteriormente ya en el 2013, surgió su primer libro en solitario llamado El crepúsculo de los maniquíes.
Entre risas, cuenta que recientemente descubrió que los libros tienen su nombre hasta el final, y vaya entre su bibliografía, Horacio Alejandro tiene un bagaje importante de libros de su autoría que empezaron a ser más constantes a partir del año 2014.
Confiesa que aunque de niño no lo veía con tanta claridad, pues a una edad tan temprana no hay nada realmente claro, para él el teatro se ha dado de manera natural “si a algo le llama la gente vocación a esa cosa extraña, pues a lo mejor es algo que tú ves que es natural, normal y lo concibes con fluidez y con un cierto lugar que tienes pertenencia, (…) son lugares en donde tú te sientes tú y para cada uno de nosotros hay algo que se vuelve irrenunciable”.
- ¿El escenario ha hecho que hayas roto paradigmas?
Ojalá que haga que se rompan más paradigmas, fronteras, clichés, tabúes, todo. Cuesta mucho concebirse en una sociedad que pone antes la discriminación, el rechazo de muchas cosas, muchas negaciones y uno mismo aprende a estarse limitando.
La vida desde el arte tiene que ser una vida que ve hacia la libertad y esa vista hacia la libertad te la da la posibilidad de hacer algo de una manera alternativa y gozarlo, vivirlo y hacerlo con fuerza. La escena es un lugar que permite reinventar aquello que está ahí y te dice que no lo puedes hacer y cuando estás arriba te dice ‘y ahora ¿cómo le vas a hacer?’.
- ¿Qué interrogantes siempre han estado en tu vida?
Afortunadamente el de no lo puedes hacer no tanto, yo me pasé más a la segunda pregunta de una manera más natural, más bien es ¿cómo? A lo mejor eso me ha hecho una persona creativa porque no se trata de “yo no puedo hacer esto”, sino “¿cómo le voy a hacer?”.
Eso funda una forma de ser fundamentada en la creación, en darle la vuelta a las cosas, en no creer que hay una sola manera.
Si hay una persona que demuestra que la discapacidad no está en el cuerpo, esa es Horacio Alejandro, quien pese a tener una condición física de nacimiento que lo obliga a caminar apoyado por muletas, ha sabido desarrollar sus talentos arriba del escenario.
“Una vez hubo un niño después de una presentación en la Plaza de Armas que me vio caminando en muletas y se detuvo y me preguntó ‘oiga ¿entonces usted de verdad anda en muletas?’, le dije ‘sí ¿por qué?’, el niño respondió ‘yo lo vi ayer en el teatro en la obra y pensé que era parte del personaje’”.
Para el también filósofo esa es una respuesta a que la creatividad que hay en el teatro permite romper los límites que suelen ponerse, “la creatividad nos hace libres en donde las ataduras de la supuesta realidad nos va a dejar atados a una única posibilidad de ser”.
- ¿Qué estás haciendo actualmente?
Estoy preparando un escrito que tiene que ver con mi grado de doctorado que es sobre el valor y la función que tienen las metáforas para nuestros modos de conocer y de vivir. Lo que hay que hacer es entenderlas y poderlas vivir para que no existan los límites de una única verdad que te diga puedes o no puedes, eres o no eres, tú trabajas, tú mereces, tú no.
- ¿Cómo fusionas la filosofía, el teatro y la escritura?
El teatro se relaciona en todo lo que hago, porque el teatro es acción; el actuar, el venir y poder dar una entrevista es un acto y el teatro es llevar el pensamiento al acto y esa es la posibilidad. La filosofía es lo que está detrás, aquello que quizás no vemos pero que es un motor fundamental para ver cómo entendemos el mundo en el que actuamos.
Y la escritura es una cosa muy noble, una especie de traslado, el intersticio entre esos pensamientos y esa acción, una oleada suave que va tocando una región y otra en la que uno quizás puede como acomodar esos pensamientos de una manera importante, sonora, estética, ordenada, bonita, en la que quizás podamos vernos reflejados en lo que actuamos, en lo que vivimos.
Con cuatro libros publicados como autor único, y varias antologías de ensayos filosóficos, Horacio Alejandro también ha escrito algunos capítulos en libros y textos en revistas, pues considera que las personas han comenzado a leer más artículos que libros, colaboraciones en radio y un podcast.
- ¿Qué sientes cuando tus publicaciones se leen en otros países?
Muchos nervios (ríe), siempre poderle dar la cara a alguien y que a veces hablan en otro idioma, por ejemplo en el caso de Portugal que tu no traes tu ponencia en portugués y medio la puedes explicar en inglés, tienes una especie de nerviosismo que tiene que ver con el traslado suave y bonito que el impacto de las ideas puedan tener sobre ese espectador o escucha.
- ¿En qué escenarios has estado?
La Feria internacional del Libro de Guadalajara, lugares como el Centro Cultural de España en México, varios encuentros de escritores y ahora más recientemente en la Feria Duranguense del libro. Vamos a tener la presentación de Una vuelta menos el 11 de agosto en el Auditorio del Palacio de Bellas Artes de la UJED, a las 5:00 de la tarde.
- ¿Qué es para ti ir a las colonias, sobre todo a las áreas vulnerables con talleres de teatro?
Unas anécdotas maravillosas en ese tipo de labores, yo creo que es una posibilidad de acercarte a determinadas poblaciones o personas que tú no sabes qué esperas de ti y ellos no saben qué esperar de ti. Y a veces cuando estás en lugares de pobreza o cierta marginación hay una mayor distancia para ellos sobre qué esperar de una cosa de arte, de escritura o teatro.
Para mí es una experiencia muy única porque ellos ven plasmada una experiencia desde cero, hasta cien y se sentían tremendamente realizados y yo también y eso solo te lo puede dar acercarte a alguien que nunca ha esperado algo, el arte puede causar ese impacto grande.
Explicó que no se trata de que el arte sirva para alejarte de las drogas, “yo creo que eso no es, simplemente te abre otros mundos y quizás piensas que lo que era chido ya no es y hay algo más”, dijo.
Agradece a todos aquellos personajes, historias, personas de la vida real que metafóricamente le han dicho “aquí hay algo, ven y escúchalo”.