La cineasta duranguense Eugenia Montalván Colón visita Durango estas navidades y ha presentado su más reciente documental “Octopus Maya” en la Cineteca de Durango con un éxito de público. En entrevista con El Sol de Durango, comparte su experiencia profesional como cineasta y editora en el sur de México.
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La Cineteca “Silvestre Revueltas” de Durango estrenó recientemente el documental de la cineasta duranguense Eugenia Montalván Colón, titulado "Octopus Maya", un cinta que ha tenido muy buena aceptación y que fue filmada en las costas de Yucatán. La cineasta duranguense reside en la ciudad de Mérida, donde ha realizado una importante labor cultural en las últimas décadas, gestionando centros culturales y desarrollando una labor editorial. Entre sus anteriores documentales figuran temas de relevancia como la producción de mezcal y la vida del autor José Revueltas.
Eugenia Montalván es una mujer dedicada con pasión a la cultura contemporánea y recuerda sus orígenes familiares a pesar de que buena parte de su vida ha estado en el sur de México, manteniendo el vínculo con Durango gracias a la familia, aunque también algunos de sus hermanos viven incluso en Estados Unidos.
¿Cómo ha sido el estreno de su nuevo documental y qué sensaciones ha tenido en este regreso a Durango por las fiestas navideñas?
Me fui de Durango al terminar la preparatoria en el 1988, en ese momento llegué a Mérida con la intención de estudiar mi carrera. Ya han transcurrido 35 años, aunque regreso a Durango casi todos los años y estuve de regreso varios años, con la intención de grabar varios documentales, uno sobre el mezcal que se llama “Desde que Dios amanece” y otro dedicado a los 100 años de José Revueltas, titulado “Hay Revueltas para rato”.
La función de este martes fue espectacular, la gente quedó impresionada por el tema, porque el documental “Octopus Maya” trata sobre la pesca del pulpo en la costa yucateca, y el mensaje nos lleva a considerar el calentamiento global y lo que está pasando en el mundo a través de la situación de esta especie marina, así como a la finitud de los peces y el estado de decadencia que se está viviendo en la humanidad.
¿Cuándo inició el desarrollo de su vocación cinematográfica?
Yo estudié antropología y eso significa tener un interés genuino en la sociedad contemporánea. Y al terminar la carrera empecé a realizar periodismo cultural desde 1994, y precisamente en 2008 surgió la idea de entrevistar a “Mammi Blue” que es un personaje muy importante en la cultura yucateca por ser el impulsor de la marcha gay. Fue uno de los primeros travestis que se mostraron en las manifestaciones por sus derechos y lo entrevisté surgiendo un libro sobre los derechos de la diversidad sexual. En Mérida conocí a un reconocido camarógrafo cubano, Roberto Fernández, y fue uno de los primeros maestros del Instituto Cubano dedicado al cine, el ICAIC, y siendo su amiga se fueron dado posibilidades de hacer entrevistas con cámara. En esa época, tenía muchos casetes con escenas, conocí el programa “Ambulante más allá” que se impulsó en la península de Yucatán y precisamente las clases fueron en el centro cultural que yo dirijo en Mérida, donde participó el editor José Villalobos en los talleres y así conocí el mundo del cine documental de un modo maravilloso.
¿Qué tal ha sido la experiencia como editora?
Me dedico a la edición de libros desde 1995, mi carrera de periodista y la edición de libros van de la mano, fundé la editorial UnasLetras y ya hemos publicado más de 120 libros. Recientemente hice una maestría en historia y empecé a estudiar sobre la vida cultural de Yucatán en el siglo XX, las mujeres prácticamente no figuran y así descubro cuatro intelectuales brillantes yucatecas que habían publicado en La Habana y en Ciudad de México, escribieron novelas y poesía, el libro se titula “Prefiero escribir”.
¿Cuál fue la experiencia de gestión de centros culturales en Mérida?
Yo fundé un centro cultural en Mérida en 2004 y hubo mucho interés en la música jazz y los conciertos, en aquel entonces el centro histórico estaba abandonado y con un amigo, Gerardo “Albatros”, hicimos ese centro de música y cultura. Desde entonces he estado promoviendo artistas.
¿Qué imágenes conservas de la infancia en Durango?
Yo amo Durango, por eso siempre regreso, la casa de mi familia está al lado de la Iglesia y la plaza de Santa Ana, para nosotros siempre ha sido nuestra segunda casa, tuvimos mucha cercanía con el cura de la época. Es muy hermoso recordarlo porque nos forma como seres humanos, ese es mi barrio, el Jardín Hidalgo y la Calle Constitución, íbamos caminando a la Escuela Elena Centeno que quedaba muy cerca, como la prepa Teresa de Ávila. Para mí Durango es caminar sus calles, mirar la ciudad caminando a todas partes, recorriendo tranquilamente la ciudad para observar la fisonomía tan especial de la gente y también la riqueza de la comida, me encanta Durango.
¿Cuáles son los proyectos que preparas para el futuro?
Estoy estudiando el dotado en historia y la tesis la estoy realizando también en Durango, se llama “Cien años de intelectualidad femenina en México” (1830-1930) y la escritura para mí es muy importante, ahora estoy preparando un libro sobre Sandra Peniche que fue impulsora feminista de una clínica de salud sexual, algo que es muy importante en Yucatán para la salud pública, así que espero presentar el documental en 2024.