Tras 10 años de entregar su vida al deporte de sus amores, el tenis, Felipe Ontiveros, uno de los mejores en esta disciplina en el estado de Durango, comparte los episodios más hermosos de su carrera deportiva y con profundo dolor, anuncia en exclusiva para El Sol de de Durango su retiro de las canchas como jugador de alto rendimiento.
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La noticia impacta, sin embargo, es momento de priorizar y enfocarse en su salud, afortunadamente, en una carrera deportiva llena de triunfos, las derrotas también lo han marcado para superar el amargo momento de despedirse de las cancha pero no del deporte blanco, ya que Felipe apoyará como formador y promotor.
Ontiveros, quién también funge como secretario general de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Economía, Contaduría y Administración (FECA) de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), recordó sus inicios en esta disciplina deportiva, quien destacó que a pesar de que ya no se encuentre en las canchas siempre trabajará siempre por la superación del tenis en Durango y en todo el país.
Los inicios del duranguense en el tenis
Su pasión comenzó a los 10 años gracias a su padre, según recuerda "él se iba a jugar con sus amigos, hasta que le dije que yo también quería practicar el tenis, desde ahí, me formó un plan de entrenamiento y desde entonces me entrenó todos los dias, es él quien me adentro en el tenis", relata con una sonrisa.
El joven destaca que fue su papá quien lo formó desde cero hasta llegar a un nivel competitivo, posteriormente comenzó a entrenar con Carlos de la Peña, a quien le guarda un cariño muy especial, "él fue quien me formó más mentalmente que tenísticamente, me pulió varios detalles y me hizo creer mucho en mí".
Como para muchos otros deportistas en el mundo, Rafael Nadal ha sido su gran referente, tanto en el ámbito deportivo como la vida, "me quedó muy grabado una frase de él cuando yo estaba chico en donde decia que más que ser el hombre récord, el mejor tenista de la historia, el quiere ser recordado como una persona buena, entonces, más allá del tenis, es mi referente para la vida", destaca entre sonrisas.
A pesar de las glorias que se obtienen a través de este deporte, este también puede llegar a ser muy cruel, destaca el atleta, quien recuerda su participación en el torneo de San Luis Potosí al que asisten los mejores tenistas del país, "yo siempre he tenido una enfermedad en mi cadera, jugué cuartos de final contra el número uno de Veracruz, ese día gané, se termina el partido que tuvo una duración de cuatro horas, salí de ahí con mi cadera hecha pedazos, mi papá y yo cansadísimos, porque también es cansado para mi entrenador, a lo lejos escuché en el micrófono: en 15 minutos, cancha estadio, Felipe Ontiveros, después de jugar cuatro horas, pensé, esto es un error, pero me dijeron que era doble jornada por la lluvia, era momento de enfrentar al número dos de México.
Mi rival previamente había ganado por de faul, estaba entero, yo con cuatro horas de juego encima, con la moral destrozada por la lesión, todo estaba en contra mía, le dije a mi papá que había decidido no jugar, la respuesta de él fue ok pero retírate en la cancha, entra al partido a darlo todo, duró cuatro horas ese compromiso; las lágrimas se me salían por todo lo que estaba viviendo, pero logré terminar el partido y ganarlo, estás experiencias me han dejado mucho y he aprendido mucho de ellas".
Los éxitos que cultivó
Felipe compitió a nivel estatal en modalidad de singles y dobles, regionales y seccionales en donde ganó solo dobles, "no pude ganar en singles, participé en varios nacionales, desafortunadamente, cuando estuve a punto de dar el gran salto para representar a México, la lesión de mi cadera se complicó, todo esto sin olvidar que competí en los mejores nacionales, los abiertos de Querétaro y Guadalajara", delstaca.
Asimismo destacó que su familia es su principal pilar, su mamá María Teresa Álvarez, su padre Felipe Ontiveros, este último desde los 10 años ha fungido como su entrenador pero también como nutriólogo y hasta psicólogo, "él ha abarcado toda esa carrera y aparte, muchísima gente a quien agradecer, también el doctor Rafael Martínez y Carlos de la Peña".
La lesión de la cadera que lo orilló a decir adiós a esta disciplina ha sido un duro golpe para el atleta, "toda mi vida que me he dedicado a esto, tengo un hermano, somos cuates, él nació con una malformación en su columna y yo en mi cadera, conforme fuimos creciendo se nos fue desarrollando más a los dos, se fue haciendo más pronunciada, a los 15 años ya era muy incómodo, me dolía mucho, el cartílago en mi cadera se degenera y los huesos tienen contacto con nervios, tendones y músculos y esto duele mucho", señala con tristeza.
Incluso había ocasiones en lo que ya no se podía mover, lo que detonó que a sus 17 años ya no pudo caminar, "mis papás me ayudaban a cambiarme y me cargaban, para mí una banqueta era un obstáculo, fue muy duro, un proceso más mental que físico, llegué a utilizar muletas, bastón, fue un proceso de rehabilitación muy largo, pero regresé a jugar tenis, a pesar de que los doctores ya no me lo permiten".
A pesar de su intenso amor por el deporte blanco Felipe tomó una de las decisiones más difíciles de su vida, retirarse de las canchas.
Sin embargo se mantiene como promotor del deporte y asegura que actualmente hay jugadores muy buenos como Mariana Reveles, Mayahuel Unzueta y Vladimir Orrante, quienes han representado a Durango a nivel nacional bien y tienen potencial para convertirse en los mejores en el país.
Por ello, una de las mayores motivaciones que lo impulsan a seguir sumando en el tenis y el deporte, es la formación de las futuras estrellas duranguenses, entrenar y compartir sus experiencias.
Ontiveros diseñó la dinámica denominada Promoviendo el tenis en México, la cual ha traído a jugar a los mejores tenistas del país a Durango, a esta acción se le han sumado emprendedores que a lo largo de los partidos promocionan sus productos y fusionados también realizan labor social a favor de personas vulnerables.