Gracias al gran palmares dentro del deporte ráfaga ha tenido el jovencito Martin Eduardo Flores Galván en esta disciplina, ahora le abre una gran oportunidad de mostrarse en el baloncesto estadounidense en Hi-School en San Diego, donde ya se encuentra entrenando junto a sus nuevos compañeros, para él es otro escalón en su camino para alcanzar sus metas, ya que desde hace años su sueño es jugar en Europa a nivel profesional, pero el destino le puso una prueba de oro más cerca de casa.
“Crecer tanto deportivamente, como persona y más que nada como jugador, buscando una beca deportiva para jugar en una universidad a nivel NCAA”, para el duranguense las coincidencias se han estado presentando desde su participación en selección estatal y sobre todo en su participación internacional, además de la Academia de Basquetbol del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos deportivos de Alto Rendimiento (CNAR), y recientemente en un campamento donde buscadores de talento del vecino país del norte lo vieron y tuvo que decidir su destino entre 5 instituciones de educación.
“Fue impactante, todo paso muy rápido, pero si todo para un fin bueno o para lograr un objetivo o un sueño, vale la pena todo el esfuerzo que va a ver”, reconoció que le habían estado dando seguimiento no solo instituciones de fuera del país, sino de México y aunque no es lo mismo darle seguimiento por la tecnología, en el mencionado campamento vieron sus capacidades y fue como se dieron cuenta de que su talento no solo es en la cancha, sino en el pensamiento que tiene trazado para llegar a alcanzar su sueño, en el que la Odontología o la Fisioterapia, sus proyectos de vida como profesional de la salud en un futuro.
Pero todo esto no fuera posible sin el apoyo de su familia quien en su vida lo han apoyado en todas sus decisiones que lo han llevado a esta instancia, “gracias a Dios han estado ahí mi papá, mi mamá y mis hermanas, quienes le han brindado todo su apoyo”, sin duda una nueva aventura en el que reconoció que va a extrañar a los amigos, la familia y la comodidad de estar en casa, pero sobre todo degustar unos ricos tacos.
El basquetbolista es admirado por los pequeñitos que llegan con el deseo de aprender a jugar este deporte y se acercan mucho a platicar o a pedirle un consejo y para ellos siempre tiene una sonrisa y una palmada en la espalda con una frase que no quiso revelar, “uno no espera que pase todo esto, solo llega con mucho esfuerzo y perseverancia, el siempre estar entrenando y no dejar de hacerlo, sin dejar de lado la constancia y el respeto a los demás”, eso les aconsejaría a quienes inician en el deporte ráfaga.