El momento de escuchar las golondrinas como música de viento llegó y el mejor rejoneador del mundo le dijo adiós a la Plaza de Toros Alejandra y a la gran afición duranguense que abarrotó los tendidos, Pablo Hermoso de Mendoza lo hizo como todo un triunfador cortándole dos orejas a su segundo de la noche, “Dichoso” de 499 kilogramos.
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En la primera de la serie de corridas que tendrá la Plaza de Toros Alejandra por su 50 aniversario, el amo y señor del toreo a caballo, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, cortó dos apéndices a su segundo de la noche y una vez concluida su faena, se fue al centro del ruedo, cogió arena, la besó y después vino la gran ovación del público duranguense.
Fue una noche mágica en un capítulo más de la Plaza de Toros Alejandra, misma que construyó el visionario Hugo Jaquez en 1973, Pablo dijo adiós triunfando con dos orejas, Sergio Flores le cortó una a Majo de 496 kilogramos y Leo Valdez, se brindó con valentía en los medios, pero sus estocadas lo traicionaron.
En realidad, fueron siete toros de la ganadería de “Santin”, con un lote regular. En su primero de la noche, “Don Hugo” de 490 kilogramos, Pablo Hermoso fiel a su costumbre hizo vibrar a la afición duranguense con sus faenas, en donde destacó la colocación triple de banderillas cortas, sin embargo, el estoque falló y vino el descabello para salir con aplausos.
Mientras que en su primero, Sergio Flores batalló con un astado “Pijo” de 498 kilogramos, no dio pelea y esto le dificultó sus tandas, sin embargo, para el segundo, “Majo” de 496 kilogramos, con tercios que dejaron ver su calidad como matador, lo llevaron a imponer la mejor estocada de la noche, tres tercios de vara terminaron con la vida del animal y esto llevo a que el juez de plaza le diera una oreja, a petición de la afición.
Leo Valdez, el chaval que cortó oreja en la Fiesta de San Isidro el pasado mes de mayo en Las Ventas de Madrid, enfrentó a “Teo” de 498 kilogramos y a “Agradecido” de 524, con ambos sacó tandas en capote con verónicas elegantes y con la muleta brilló, sobre todo cuando fue de rodillas a la arena, arrebató palmas, se le vieron muchas ganas de triunfar, pero en ambos toros la estocada lo llevo a batallar, incluso en el descabello. Fue precisamente Leo quien se coronó como el mejor de la noche que colocó banderillas.
La corrida de toros arrancó con un toro de regalo para el novillero duranguense Juan Carlos Diaz, quien enfrentó a “Campero” de 410 kilogramos y quien fue cobijado por su público, al consolidarse como una promesa local del toreo.