Hace algunos días, el mundo sorprendió con el fallecimiento de Rolando Ávila Valdez, quien fuera paralímpico duranguense en silla de ruedas de tenis.
El doctor Orlando Ávila ingresado en el Salón de la Fama de Durango, médico de profesión, asistió a la Olimpiada de Atlanta 1996, donde fue conocido internacionalmente.
Hace algunos años comentó que desde que recuerda iba al Club Campestre, lugar donde jugaba tenis con su papá y sus hermanos mayores, posteriormente con otros familiares.
El médico Rolando Ávila cuando estaba en la primaria Guadalupe Victoria se la pasaba con su raqueta en mano, siendo en aquella época de escasos recursos, incluso recordó que junto con su familia tenían una red viejita y los lunes que cerraban los clubes, se la llevaban para colocarla y así poder entrenar.
Pero el ya fallecido, no solo destacó en tenis, sino que también practicó el baloncesto, eso ocurrió cuanto tenía 16 años, para 1976 fue llamado para formar parte de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), incluso enfrentó a Jesús García, quien fuera seleccionado nacional, originario de Chihuahua.
Accidente
Llegó uno de los días que marcaron su vida, un accidente que lo obligó a dejar el deporte por diez años, estaba en el quinto semestre en la Facultad de Medicina, pero terminó su carrera, se fue a la Ciudad de México a hacer una especialidad en el hospital del ISSSTE, el 20 de Noviembre.
Ya con título de reumatólogo, regresó a Durango, retomó el tenis, pero ya en la silla de ruedas, en donde desde 1993 tiene el título nacional de esta modalidad del deporte blanco, tanto en singles, como dobles.
Representando a México con mucho orgullo, estuvo en un torneo de París, uno de los más importantes a nivel nacional, teniendo buena participación.
Más torneos
Participó en infinidad de torneos a nivel internacional, estuvo en el de Miami en 1995 en el Lipton, fue donde conoció a Andre Agassi, Pete Sampras, Steffi Graf y Gabriela Sabatini, por mencionar solo algunos.
Llegó el momento esperado por todos los deportistas, el participar en unos Paralimpiadas Olímpica, estuvo en Atlanta, el día de la competencia, se levantó con fiebre, tuvo un proceso infeccioso, incluso hasta pensó en no competir, ya que los médicos le recomendaron que lo ideal era no jugar, indicación a la que no le hizo caso, dejó el alma, pero sus brazos no le respondieron.
Después para el ciclo olímpico de la justa de Australia 2000 consiguió por méritos propios su pasaporte, pero por cuestiones políticas no asistió.
El pasado 13 de enero, el doctor Rolando Ávila trascendió, donde seguramente estará lanzando sus mejores raquetazos.